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(ca) Italy, Umanita Nova #8-25 - Edificios escolares. El abandono ordinario y las luchas desde abajo (de, en, it, pt, tr)[Traducción automática]
Date
Tue, 29 Apr 2025 07:16:28 +0300
La situación de los edificios escolares en Italia es dramática. Así lo
demuestra la experiencia cotidiana de quienes estudian y trabajan en las
escuelas, pero también lo relatan los datos oficiales, que no pueden
ocultar esta evidente realidad. Según el informe "Ecosistema escuela
2024", una de cada tres escuelas presenta graves problemas de seguridad
que afectan a cuestiones estructurales: instalaciones eléctricas,
buhardillas, falta de certificados de habitabilidad. Una situación que
también reitera la brecha existente a nivel territorial, ya que si en el
Norte la situación es un poco mejor, en el Sur sólo el 22,6% de los
centros educativos cuentan con la certificación de usabilidad.
Recordemos que cuando hablamos de cédulas de habitabilidad nos referimos
principalmente a resistencia al fuego y a los terremotos: por tanto no
hablamos sólo de paredes desconchadas o de paredes a repintar, elementos
que también serían importantes, sino de cuestiones de mucha mayor
importancia para la seguridad. Así que vamos a dar algunos parámetros
oficiales más específicos.
A nivel nacional, el 57,68% de los edificios escolares no cuentan con
certificado de prevención de incendios y el 41,50% no cuentan con prueba
estática. Cabe señalar, respecto a este último dato, que casi la mitad
de las escuelas italianas están situadas en zonas sísmicas 1 y 2.
Entre septiembre de 2023 y septiembre de 2024 se registraron 69
episodios de derrumbes en edificios escolares, alcanzando el pico más
alto en los últimos siete años. Es evidente que se trata de
acontecimientos importantes que deben registrarse y divulgarse en las
estadísticas oficiales. No hay que olvidar que las instituciones
educativas, obligadas al chantaje del límite de matrícula que hay que
alcanzar para mantener la autonomía didáctica y administrativa, a veces
ocultan los diversos problemas para alardear de una seguridad y una
eficacia que a menudo no existe. Los datos oficiales sobre derrumbes por
tanto, al igual que los relativos a los numerosos problemas ocasionales
que por desgracia son la norma diaria, como inundaciones,
infiltraciones, averías, cortocircuitos, etc. corresponden
exclusivamente a lo declarado y probablemente representan un número
inferior a la realidad de los hechos. En un marco general de grave
insuficiencia estructural, tanto las intervenciones extraordinarias, la
responsabilidad de las autoridades locales (municipios para las escuelas
primarias y secundarias, provincias para los institutos) como las
intervenciones extraordinarias son muy deficientes. Sin contar las
verdaderas inversiones en edificios y la construcción de nuevos
edificios escolares: ¡estamos en una niebla total! Sin embargo, no han
faltado oportunidades ni recursos. Durante el período de Covid, las
necesidades de seguridad y distanciamiento llevaron a solicitar planes
de construcción adecuados para la reanudación de las actividades de
enseñanza en persona y, en general, para el futuro. A pesar de todo
esto, los gigantescos recursos del PNRR que intervinieron en la
situación post Covid han sido y son una gigantesca burla y una
oportunidad para disipar los recursos existentes, destinados
exclusivamente a lo que es precisamente el gran negocio. Se destinan muy
pocos recursos a la construcción, remodelación y modernización de
escuelas, así como a la construcción de nuevos edificios. Estos pocos se
redujeron aún más debido al aumento del coste de los materiales de
construcción. Nos encontramos así ante una situación paradójica en la
que se han reservado ríos de dinero para entornos de aprendizaje,
entendidos como mobiliario y entornos digitales, mientras que muy poco
se ha destinado a financiar las necesidades de entornos físicos y reales
que siguen estando deteriorados.
La última burla, en orden cronológico, está representada por la edición
"Didacta 2025", un megaevento nacional organizado por el Ministerio de
Educación y Mérito en este mismo mes de marzo en el marco de las
"Intervenciones del PNRR en Edificios Escolares". Pero no hay rastro de
hormigón ni de ladrillos. Cursos, seminarios, desarrollo de directrices
para la gestión de nuevos entornos digitales y educativos, convenios con
Protección Civil para campus e intervenciones formativas que transformen
al alumnado en "embajadores de la cultura del riesgo" y que otorguen al
profesorado "competencia espacial" para organizar mejor los espacios de
enseñanza. Cualquier comentario es superfluo.
Mientras tanto, los edificios escolares se encuentran en un estado de
deterioro y la falta de seguridad es una realidad cotidiana. Pero hay
quienes no se resignan a esta situación y luchan por la seguridad real
de los entornos de estudio y de trabajo, los físicos y concretos. Lo
hacen los estudiantes, los trabajadores escolares y los padres.
A continuación, una entrevista a Andrea, padre de familia de los
colegios Micheli Lamarmora de Livorno, donde se está desarrollando una
protesta que se ha convertido en una auténtica disputa ciudadana por su
sistematicidad y continuidad de intervención.
P: ¿Cuáles son los problemas con la estructura escolar a la que asisten
sus hijos?
A: Los problemas ciertamente no surgieron hoy. Las escuelas
Micheli-Lamarmora están situadas en Piazza XI Maggio, en un barrio
popular de Livorno, y siempre han estado alojadas en un edificio muy
grande e histórico, construido a finales del siglo XIX, cuyo segundo
piso se construyó en las primeras décadas del siglo XX. Una estructura
que, como es lógico, ha sufrido los "dolores" del paso del tiempo. La
importante infiltración de agua de lluvia, presente desde 1990, provocó
en 2019 el derrumbe de los pisos de 5 espacios del segundo piso, entre
aulas, comedores y baños. En su momento, la intervención institucional
se gestionó cerrando las zonas peligrosas y prometiendo que las obras
comenzarían pronto. El abandono no hizo más que agravar los problemas
que fueron surgiendo progresivamente: desmoronamiento de los suelos,
desprendimiento de trozos de yeso en el interior y el exterior del
edificio, caída de las tablas de madera del parapeto de piedra desde una
altura de 20, 30 metros (el parapeto de piedra era un andamio fijo
colocado bajo la cornisa del tejado y servía de dispositivo de
protección ante posibles caídas de partes del tejado, para luego
convertirse en sí mismo en una fuente de peligro). Todas cosas que
nosotros los padres verificamos sin tener información oficial. Ante la
inacción de los dirigentes municipales y escolares decidimos tomar
medidas y creamos el núcleo del grupo de padres Micheli-Lamarmora. Con
nuestra ya histórica pancarta "los niños son el futuro, mantengámoslos a
salvo", que nos ha acompañado incluso en las más recientes
movilizaciones, hemos organizado sentadas frente al Ayuntamiento de
Livorno, llevando nuestra protesta a la plaza y dándola a conocer a los
ciudadanos. Nuestra controversia fue acompañada de una denuncia enviada
al Ministerio Público de Livorno y al Departamento de Bomberos en la que
informamos rápidamente de los hechos críticos de la estructura. La
denuncia fue vergonzosamente rechazada por el Ministerio Público por una
cuestión formal, pero fue acogida por el Cuerpo de Bomberos quienes
realizaron una investigación que arrojó que el inmueble era habitable
siempre que se iniciaran las obras, lo que finalmente llevó al Municipio
a tomar medidas. Era 2019. Fue un triunfo para nosotros, una victoria
nacida de nuestra determinación que incluso en ese caso fue acusada de
todo: de haber difamado la escuela, de haber creado un alarmismo
innecesario, ¡incluso de haber hecho informes fuera de nuestras
competencias! Lo cierto es que el método decisivo para sacar las cosas
adelante, como siempre, fue el método de abajo hacia arriba, el que
hemos seguido ahora.
P: Pasemos al período más reciente. Explícanos los problemas
relacionados con la fase actual.
R: En febrero de 2023, el edificio escolar fue cerrado por obras de
modernización antisísmica relacionadas con la asignación de casi 4
millones de euros. Se puso en marcha pues el proyecto de módulos
prefabricados temporales para ubicar las aulas en el parque de las
murallas de Lorena. Los padres participaron y fueron llevados a visitar
el área y las estructuras modulares. Las inspecciones fueron
satisfactorias, considerando el carácter temporal de la situación, pero
inmediatamente después de la ubicación de las clases en los módulos,
surgieron problemas: además de la falta de mobiliario, problemas de
calefacción y problemas de fuerte ruido, ya que los separadores entre
las aulas no están equipados con material de insonorización. Un malestar
general con repercusiones en la enseñanza que denunciamos
inmediatamente, junto al profesorado, pero que la dirección del colegio
como de costumbre minimizó, recurriendo también a amenazas hacia el
propio profesorado. A estos problemas, con la llegada de las lluvias, se
sumaron infiltraciones y humedad.
P: ¿Qué medidas ha adoptado?
A:Las infiltraciones de agua en los módulos se hicieron cada vez más
importantes con el mal tiempo, sin que las ocasionales obras de
reparación fueran efectivas, demostrando así la insuficiencia de las
estructuras, que habían sido planificadas y no montadas de forma
improvisada para una emergencia imprevista. Llevábamos meses informando,
chocando con la obstinación insensata de la administración municipal de
Livorno al no querer trasladar a los estudiantes a estructuras seguras y
dignas. El Ayuntamiento de Livorno debería haber actuado de otra manera,
sin que nosotros los padres nos movilizáramos, pero evidentemente
dinámicas políticas para nosotros desconocidas han determinado una
situación de estancamiento insostenible, de hecho peligrosa e insalubre
para nuestros niños y también para el personal escolar.
Ante tan paradójica situación empezamos a reaccionar. Por ello, nos
reorganizamos como padres de familia, aprovechando la red de conexión
que teníamos desde el 2019. El grupo de trabajo integrado por los
representantes de clase y el representante de padres de familia en el
Consejo del Instituto conformó una delegación que fue por primera vez a
la Municipalidad a principios de febrero para visibilizar fuertemente
los problemas de infiltración presentes en los módulos. Luego iniciamos
una petición de padres que tuvo una gran participación, mientras tanto
continuamos presionando para que se hiciera trabajo de recuperación en
los módulos.
P: ¿Qué respuestas recibiste?
R: Las respuestas a nuestros informes siempre han tendido a trivializar
nuestras quejas y a acusarnos de alarmismo innecesario. Se repetía la
misma vieja historia: la escuela estaba segura, todo estaba bajo
control, etc. Un comportamiento por tanto negacionista de la realidad y,
desde cierto punto de vista, inquietante, si se tiene en cuenta que
hablamos de niños pequeños y que algunos de ellos tienen discapacidades.
P: ¿Cómo se materializó vuestra protesta?
R: A pesar de las intervenciones en los módulos, que finalmente logramos
obtener después de mucha presión y una intensificación objetiva de los
problemas, se produjeron fuertes lluvias que inundaron aún más las
aulas, pasillos, gimnasio y baños. El 24 de febrero hicimos la primera
llamada a los Bomberos, quienes cerraron dos aulas del colegio primario
(el agua iba directamente a los desagües e interruptores). Incluso en
este caso el Municipio no tomó decisiones concretas sobre qué hacer,
apoyándose en el hecho de que la policía había definido las estructuras
como no sujetas a colapso. Como si la prevención de la seguridad se
basase exclusivamente en derrumbes fallidos. Luego de lo ocurrido y la
falta de acción decidida, el 28 de febrero realizamos nuestro primer
paro, con una participación de casi el 90%. Los niños no entraron al
colegio, no participaron en la lección, fuera del edificio hubo una
manifestación muy popular con pancartas y presencia de la prensa, lo que
dio mucho protagonismo a nuestra iniciativa.
Posteriormente, el 12 de marzo, tras otro aguacero, los espacios de los
módulos volvieron a inundarse, incluso más que en ocasiones anteriores.
Nuevo llamado al Cuerpo de Bomberos quienes han cerrado tres aulas del
colegio primario, el gimnasio y tres aulas del jardín infantil. En este
caso, la Municipalidad ya no pudo hacer como si nada estuviera pasando y
trasladó las clases de la guardería Lamarmora a la escuela Volano del
barrio Corea, dejando a los niños de primaria en el lodazal de los
módulos. Una decisión que para nosotros fue inaceptable y que
desencadenó la segunda huelga del 13 de marzo (también en este caso con
una participación del 90%) y la manifestación frente al Ayuntamiento de
Livorno. Fuimos recibidos inmediatamente en la sala del consejo. Un
momento memorable y hermoso para todos nosotros, padres, hijas e hijos.
¡Llenamos la sala! Tras las palabras "amistosas institucionales" pasamos
a los hechos, acusando de retraso culpable al interés municipal en la
inundación de los colegios. La indignación y la ira, ya elevadas,
aumentaron cuando - tras nuestra intervención - las figuras
institucionales insistieron en definir la escuela como segura, afirmando
que la escuela primaria no sería trasladada con el pretexto de que los
alumnos de primaria eran demasiado numerosos. No nos desanimamos y junto
a nuestros hijos coreamos "¡queremos ser trasladados!" delante de los
representantes de los órganos de decisión y de la prensa que filmó todo.
No lograron hacernos invisibles. Y finalmente logramos conseguir el
traslado.
P: ¿Entonces al final hubo un reconocimiento del problema por parte de
la administración municipal?
R: En realidad, sólo gracias al clamor que provocamos se vieron
obligados a reconocer plenamente el problema, llegando incluso a
disponer el traslado de las clases de la escuela primaria. Y esto es
evidentemente lo que más pesa a los directivos. El 14 de marzo, la
dirección del colegio nos comunicó de forma lacónica y sin siquiera
reconocer nuestro compromiso: «dadas las condiciones meteorológicas y
considerando que la empresa Interguest está realizando trabajos que
están encontrando obstáculos debido a las condiciones climáticas
adversas, nos gustaría informarles que se ha llegado a un acuerdo con la
administración municipal para trasladar temporalmente las clases a otras
sedes escolares a partir del lunes 17 de marzo (...) también les
aseguramos que la empresa está trabajando y continuará trabajando hasta
que se resuelvan los problemas críticos relacionados con las
infiltraciones, para lo cual esperamos regresar a nuestra sede en Via
Villa Glori lo antes posible». Quisieron aprovechar la alerta naranja
para desconocer los verdaderos motivos que motivaron el traslado. Pero
sabemos bien que fue nuestra lucha, nuestra determinación como padres
pero también como ciudadanos, la que puso el factor decisivo en manos
del sentido común. Esto es lo que debería ocurrir siempre.
P: ¿Cómo piensa proceder?
R: Continuaremos siguiendo de cerca tanto la emisión del módulo como los
trabajos en el sitio histórico de Piazza XI Maggio. La conducta de la
administración municipal y de la dirección escolar no deja espacio para
una confianza digna de ese nombre. El traslado, por poner un ejemplo, ya
está reclamando nuestras nuevas plazas en el servicio de transporte
escolar, que quieren garantizar sólo para preescolar pero no para
primaria. Nuestro nivel de atención es por tanto máximo. No cederemos ni
un ápice cuando se trate de los derechos de nuestras hijas e hijos.
Finalmente esperamos que nuestra lucha pero también la cohesión y el
método que nos caracteriza sea seguido por otras realidades escolares.
Una historia, la nuestra, que, entre otras cosas, muestra cómo el
elemento institucional no representa el modelo adecuado de gestión de la
sociedad, especialmente cuando las cosas se ponen difíciles.
Andrea Paolini y Patrizia Nesti
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