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(ca) Italy, UCADI #195 - La paz correcta (de, en, it, pt, tr)[Traducción automática]

Date Fri, 18 Apr 2025 09:44:42 +0300


Publicado el 21 de marzo de 2025 por Ucadi en Newsletter, Número 195 - Marzo 2025, Año 2025 y etiquetado paz, ucrania, rusia, guerra, rearme. ---- Mientras nos disponemos a escribir estas consideraciones, no han pasado ni 20 días desde la reunión en la Casa Blanca entre Trump y Zelensky, y ya estamos ante un acontecimiento relegado a la historia. Muchos, movidos por la compasión humana, miraron con cierta simpatía la figura del líder ucraniano, sin percatarse de que estábamos ante la reacción sorprendida y estudiada de un actor que protesta ante el director porque éste critica su actuación de un papel que le había sido asignado: el director-narrador destaca los defectos del personaje, defectos por los cuales el actor declara no tener ninguna responsabilidad, afirmando la calidad de su actuación, recordando que él no escribió el guión. En la entrevista de la Casa Blanca lo que se pone en cuestión es la trama de la narración: y esto porque ha cambiado el director y con él la narración. La trama del espectáculo que hemos presenciado y estamos presenciando ha cambiado, en el mejor de los casos ha sido malinterpretada; La historia era otra.
Fuera de la metáfora, la guerra con Ucrania no comenzó con la operación especial, sino que viene de lejos, de la violación de los acuerdos de Minsk uno y dos, del deseo de la OTAN de expandirse hacia el Este y del deseo de EEUU y Occidente de desmembrar a Rusia, viene de los objetivos del nacionalismo ucraniano, de la reforma del régimen jurídico de la tierra en Ucrania, de la explotación de los recursos del país por las multinacionales occidentales, de la exclusión de los oligarcas rusos del banquete, de la lucha a muerte dentro de la ecúmene ortodoxa entre el Patriarcado de Constantinopla y el de Moscú por la hegemonía, de la eterna necesidad de Inglaterra de mantener dividido el continente, porque esto constituye la base de la seguridad y la hegemonía del Reino Unido en el espacio europeo, del objetivo de destruir los cimientos estructurales de la prosperidad de la economía alemana, y con ello poner en crisis a la economía europea, privándola de la disponibilidad de una energía de bajo coste que es a todas luces demasiado competitiva en el mercado mundial.
Esta fue la primera condición que Putin le planteó a Trump y que él aceptó, dado que Rusia está prevaleciendo en el campo de batalla, a pesar de todas las narrativas occidentales. Los hechos lo demuestran, con la derrota táctico-estratégica de Kursk, donde se pudo decir que "los pífanos de montaña fueron a jugar y fueron jugados", y así sucesivamente en otros lugares del frente de batalla. Lo que ocurrió en Kursk fue un desafío lanzado por Gran Bretaña a Rusia a través de su representante ucraniano que supuestamente debía demostrar su vulnerabilidad; Fracasó gracias a un trabajo paciente a nivel estratégico y táctico, cuyos resultados no dependen del fracaso de la inteligencia estadounidense, sino de la lenta erosión de las fuerzas ucranianas en el campo, del uso cuidadoso de las pausas en la rotación de tropas en el campo, de la incapacidad táctica desde un punto de vista estrictamente militar de los comandos, de la superioridad de las fuerzas desplegadas por los dos bandos en el campo que pertenece al lado ruso, a pesar e independientemente del coraje de los combatientes. Las vidas desperdiciadas por los soldados de ambos bandos, el luto y el dolor experimentados por las poblaciones y los combatientes son el precio que las clases dominantes ucraniana y rusa imponen a los pueblos de sus respectivos países. Debemos poner fin a esta masacre deteniendo la guerra.

El problema de la paz justa

Desde muchos sectores se reclama una paz que se declare justa, olvidando que su definición depende estrictamente del punto de vista desde el cual se la mire. Si para algunos la paz justa está representada por la inviolabilidad de las fronteras ucranianas trazadas tras la disolución de la URSS, para otros es esencial respetar las expectativas de las poblaciones rusoparlantes que permanecieron en el Estado de Ucrania y que vieron afectados sus intereses, cuestionados su lengua, su religión y sus libertades civiles. Sería necesario apelar a un esfuerzo de honestidad por parte de todos y reconocer que los regímenes políticos que gobiernan ambos Estados no están libres de lagunas y carencias y no son muy diferentes en términos de corrupción, desprotección de minorías, niveles de libertad religiosa y política, exigencias de igualdad y ejercicio de los derechos de libertad social. La única solución sería, por tanto, dejar a los pueblos la libertad de expresarse libremente, sin coerción alguna, y en este sentido y en esta dirección la propuesta transformación institucional federal de la estructura de gobierno de Ucrania habría constituido una condición previa para un debate constructivo sobre la paz. tiene lugar en el campo de batalla, sólo queda tomar nota del equilibrio de poder para detener la masacre y evitar que el conflicto se extienda más allá de las fronteras de Ucrania, involucrando a toda Europa y con ella al mundo en un choque que corre el riesgo de ser nuclear.
Putin y Trump parecen haber llegado a un acuerdo sobre el hecho de que con la destrucción del Nord Stream Estados Unidos e Inglaterra pueden considerarse satisfechos con el resultado parcial alcanzado y encontrar un acuerdo para que el suministro de energía a Europa por parte de Rusia al final de la guerra se reanude, pero bajo la égida y con la mediación de Estados Unidos que obtendrá un dividendo de ello, ofreciendo a Rusia a cambio el reparto de un equilibrio global, tripartito, que ve la presencia de China y que considera a Europa la víctima designada para pagar los costes de la operación de división. Por eso, las negociaciones que se llevan a cabo en Riad se centran principalmente en las relaciones globales entre Rusia y Estados Unidos, la división de sus esferas de influencia mutua, el control del conflicto en los distintos tableros de ajedrez y las posibles formas de colaboración, antes y con independencia de la guerra en Ucrania.

Vamos a armarnos y vamos.

La Unión Europea, ante la realidad de los hechos, decide reaccionar mostrando reticencia a aceptar el papel sacrificial que se le impone y considera y amenaza con continuar el conflicto, decidiendo armarse de una perspectiva y de modalidades futuras e inciertas. Es un hecho que en la actualidad el rearme no tendría una influencia inmediata en la evolución de la situación, ya que se necesita tiempo para equipar y disponer de las armas necesarias para enfrentarse al ejército ruso, para formar y entrenar un ejército, para ponerlo bajo un mando único, para establecer la necesaria cohesión entre las partes y los sistemas de armas. Pensar en el tiempo necesario para continuar el conflicto significa no sólo querer la extinción del pueblo ucraniano, sino también no lograr este objetivo, dado que su destrucción material se agotaría mucho antes de que se complete el plan de rearme.
Los objetivos de los Estados europeos parecen aún más irrealistas si se tiene en cuenta que el sentimiento social en los Estados europeos está actualmente muy lejos de las condiciones necesarias para el rearme y la militarización de la sociedad, también debido a la particular situación demográfica que caracteriza al continente, cuya población tiende a envejecer. Sus élites han pensado, mientras tanto, en sentar las condiciones para cambiar esta situación y han empezado a lanzar la retórica de "armémonos y vámonos": parlotean sobre una paz justa, sobre el respeto del derecho internacional, sobre los derechos de los pueblos, sobre los valores de la democracia, sobre las libertades civiles, y llaman a la movilización, acusando a los jóvenes de estar desprovistos de valores, de ser individualistas, hedonistas. Los más ardientes partidarios de este despertar son los octogenarios, y a medida que vamos subiendo de rango hasta los setenta, los sesenta, los cincuenta, los cuarenta, nos detenemos aquí porque estamos entrando en la era en que debemos armarnos, equiparnos con un chaleco antibalas, el equipo adecuado y bajar a las trincheras y a nadie le gusta esto.
Mientras tanto, se habla de reintroducir el servicio militar obligatorio, porque se ha comprendido que es necesario contar con carne de cañón, que se sacrificará para este fin cuando el gobierno lo considere necesario; no nos cansamos de repetir que sólo una parte de los llamados a filas va a combatir, mientras que la parte correspondiente es destinada a la logística, como si en caso de guerra hoy los destinados a la logística estuvieran exentos de que les caiga una bomba en la cabeza o de ser víctimas de un bombardeo, puesto que, como es sabido, las bombas y las balas no distinguen entre civiles y militares.

Ni unirse ni sabotear

Ante el problema de votar los créditos de guerra, muchos políticos autodenominados de izquierda hacen la eterna elección de dividirse entre los que votan a favor de los créditos de guerra y los que se abstienen, ni más ni menos que durante la Primera Guerra Mundial: en aquella ocasión, los partidos socialistas a nivel internacional estaban divididos entre aquellos como los socialdemócratas alemanes que votaron a favor de los créditos de guerra de Alemania, convencidos de que Alemania ganaría y con ella el socialismo que era fuerte en el país, mientras que muchos socialistas italianos decidieron no apoyar ni sabotear y se abstuvieron. No hace falta recordar que el resultado final de la guerra fue el fascismo y el fin de toda democracia y de toda libertad.
El periodismo mainstream es institucional, largamente implicado en la narrativa de la guerra justa, en la defensa del derecho internacional por él mismo violado sin hacer el más mínimo esfuerzo por analizar críticamente las causas y los efectos de los fenómenos, con la intención también de no contradecirse y de tener que admitir su insuficiencia en el análisis de los intereses en juego y del equilibrio de poder que elige. Poner la cara en el campo y promover la movilización sin entender que los cuestionamientos que hace sobre la falta de participación y movilización de los ciudadanos y su oposición a la guerra responden a un instinto de autoconservación de las masas respecto de quienes quieren su ruina enarbolando falsos objetivos.
Los sectores más débiles de la sociedad conocen bien, porque las viven y las sienten en su propia piel, necesidades reales como la de un salario justo y suficiente para una vida digna, la necesidad de tener una vivienda, los cuidados necesarios, una protección social eficaz y generalizada y por eso han aprendido a distinguir entre los charlatanes y los vendedores de lluvia y buen tiempo y optan por lo concreto de sus intereses y, no encontrando otra manera de defenderse, evitan la implicación y la movilización. A la invasividad mediática de rostros conocidos y a veces queridos, de personajes de nuestra vida cotidiana, de artistas y cantantes, de animadores y comentaristas, sólo en algunos casos de buena fe pero en estos casos ignorados. gracias al instinto de autoconservación de muchos, distraídos por la vida cotidiana, presionados por las necesidades.
Para vencer sus reticencias a implicarse, no basta la emulación, ni basta invocar valores hoy lejanos a la sensibilidad de los jóvenes, especialmente la defensa de la patria en una sociedad hoy cosmopolita, la llamada a la identidad en sociedades que carecen de ella, retomar la defensa de la familia en una sociedad que ignora los vínculos familiares, invocar la defensa de las tradiciones en un entorno en el que estas se han perdido, un mundo de valores en el que todo se ha hecho para borrar el de la solidaridad colectiva y la fraternidad entre los pueblos.
Es en apoyo a estas personas que debemos realizar un análisis cuidadoso de cuándo ocurre, de las causas de los efectos de los fenómenos, para que la respuesta que se dé a los llamados a la movilización sea razonada y responsable, para no ser explotada y utilizada con fines innobles y en todo caso contrarios a nuestros intereses reales, por quienes detentan el control de la información y del conocimiento.

Gianni Cimbalo

https://www.ucadi.org/2025/03/21/la-pace-giusta/
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