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(ca) recordando a CASTORIADIS
From
prat@chem.ucsb.edu (Luis Prat)
Date
Thu, 19 Feb 1998 13:17:04 -0800 (PST)
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A - I N F O S N E W S S E R V I C E
http://www.ainfos.ca/
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UN RECUERDO VIVO
El exilio y los recorridos que nos vimos obligados a seguir, significaron
choques y encuentros, replanteos y exigencias de creatividad. Como
tanteando en las ideas y en la geografía tuvimos que recorrer caminos,
aprender idiomas e incorporar ideas desconocidos.
El encuentro con Castoriadis fue un momento clave en esos momentos en que
se estrechaban horizontes. Tanto para reafirmar las razones con las que
explicar, a un mismo tiempo, las circunstancias dolorosas que teníamos que
vivir, así como los proyectos autogestionarios y libertarios con que
queríamos enfrentarlas.
Ahora, en otra vuelta de la historia que nos tocó sufrir, pese a nuestro
querer hacerla, hemos pasado ya un cierto tiempo desde el regreso a nuestra
geografía -Uruguay- y a todas las vicisitudes que debemos soportar en esta
parte del mundo, agobiada por las presiones y amenazas que convergen desde
los poderes centrales que dominan el planeta y las formas locales que se
asocian.
Aquí lo recogido y aprendido en el exilio -entre lo que las ideas de
Castoriadis tienen un lugar destacado- orienta nuestro hacer en este
nuestro medio, donde creemos poder ser más responsables y a la vez con
mejores posibilidades y condiciones para ser y hacer.
La desaparición de Castoriadis nos sorprende en plena tarea, en ese
quehacer que tozudamente nos planteara en sus conversaciones y escritos,
con su prédica y su militancia: reflexionar y dilucidar sobre esas
condiciones sociohistóricas y sobre los modos para alcanzar la autonomía
que como personas y como sociedad deseamos y queremos.
La Comunidad del Sur ya desde fines de los 50 había incorporado algunas de
sus ideas y de sus análisis críticos, tanto del mundo capitalista como del
llamado mundo socialista. La década de los 60 las puso en la superficie de
los acontecimientos y en el corazón de muchos movimientos sociales a lo
largo de todo el mundo. En Uruguay la consigna de "Socialismo o barbarie"
tuvo escenarios donde ocuparon un rol protagónico, que la dictadura militar
convirtió en tragedia.
Los años de exilio en Europa, nos vieron peregrinar junto con muchos otros,
en búsquedas similares. París fue una morada reiterada y allí lo conocimos,
en su propio exilio ya resuelto en integración activa. De alguna manera su
"patria", al igual que la nuestra, estaba allí donde las ansías de libertad
-que el llamaba autonomía- encontraban portadores.
El contacto más directo, en París o en Barcelona, en Venecia y otra vez en
París, facilitó y explica la recurrencia a sus textos, en la revista
Comunidad que editaramos en Estocolmo de 1976 a 1988, y la publicación de
algunos de sus escritos, primero en Estocolmo (Inför kriget -Devant la
guerre- Nordan-Comunidad, 1988) y un dossier sobre su pensamiento
(Comunidad no. 76, 1988) y más recientemente en Montevideo (El imaginario
social, 1990; El lenguaje libertario, 1990; La sociedad contra la política,
1993; El mundo fragmentado, 1997; todos publicados en nuestra Editorial
Nordan-Comunidad).
Algunos encuentros, siempre en el campo libertario, y la convergencia en
temas y actividades, facilitaron la comunicación. Y ello explica que
finalmente, ya en pleno desexilio, contaramos con su presencia en
Montevideo donde pudimos organizar una serie de conferencias y de
confrontaciones que enriquecieron el magma de significaciones que asomaban
en los medios intelectuales (Universidad de la República, Facultad de
Ciencias Sociales, Facultad de Psicología) y en los ámbitos de militancia
(Red de Ecología Social, grupos barriales, movimiento libertario) al soplar
vientos de esperanza postdictatoriales.
De aquella visita guardamos el recuerdo de su agudeza crítica al
confrontarse y polemizar con politólogos, sociólogos y otros estudiosos de
las ciencias sociales. Pero sobre todo guardamos la experiencia de su
inmediata conexión con la realidad social, a través de la lectura de las
huellas de las luchas sociales que iba encontrando al recorrer las calles
de Montevideo. Con avidez sus ojos iban recorriendo muros, observando las
gentes y sus movimientos, las características de barrios, calles y
viviendas.
En pocas horas había detectado que recientemente se había realizado un
plebiscito sobre las posibles privatizaciones de empresas estatales, que
había merecido el rechazo por un margen bastante amplio. Y con la misma
rapidez llegaron sus comentarios:
"¿Qué representa para la gente esa oposición a las privatizaciones?
¿Cuáles son los términos del debate? Por lo que Uds. me explican, aquí
también se da la confusión entre lo público y lo estatal. No se visualiza
que tanto la propiedad privada como la estatal son formas instituidas que
legitiman la enorme desigualdad de poder económico y de poder político, que
las leyes confirman. Ellas escapan a la consideración lúcida de las
personas, que terminan participando, no de la decisión de lo que se hace
con esos bienes, sino en la legitimación de quienes son los que los
administran en su nombre. Quedan así ocultas o desplazadas otras formas
posibles de vida social que reabsorban LO POLITICO -apropiado por los
políticos profesionales- restituyéndolo a LA POLITICA, entendida como
actividad lucida y deliberante, cuyo objetivo es la institución explícita
de la sociedad y de las instancias de decisión, orientadas a realizar fines
comunes y obras públicas que la sociedad haya propuesto deliberadamente y
con la participación directa de todos los individuos. La autonomía es el
proyecto que debemos rescatar desde el imaginario radical, es decir, desde
la capacidad de creación sociohistórica que potencialmente tiene todo
colectivo humano".
Más tarde ya en su caminar por los espacios de la propia Comunidad del Sur,
afirmaba con una mirada cargada de satisfacción y complicidad:
"La participación en actividades autogestionarias, en comunidades que
intenten superar las relaciones reificadas y alienadas de la sociedad
actual, lo veo como una manera de trabajar por la realización del mundo que
quiero".
Recordarlo es, en realidad, mantenerlo vivo tanto al analizar errores como
al proyectar alternativas, siempre en la búsqueda de formas autónomas
comunitarias, y en la promoción de seres autónomos. Y rescatar para todos,
los testimonios que muestran el diámetro de su influencia y la agudeza de
sus aportes.
Comunidad del Sur - Montevideo, febrero de 1998.
Mensaje Distribuido por el Servidor de Correo de la UCV
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