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(ca) Bring the Ruckus (Trae la Bulla)

From ruckus@agitatorindex.org
Date Sun, 7 Sep 2003 13:03:46 +0200 (CEST)


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AGENCIA DE NOTICIAS A-INFOS
http://www.ainfos.ca/
http://ainfos.ca/index24.html
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Durante los últimos años, ha habido una discusión entre revolucionarios
acerca de la necesidad de una organización revolucionaria anti-autoritaria
nacional o continental. Esta discusión ha surgido de varios contextos,
incluyendo la muerte de la Federación Anarquista Revolucionaria "Amor y
Rabia", las protestas de anti-globalización que comenzaron en Seattle en
1999, y las críticas de la blancura de la izquierda norteamericana hechas
sobre todo por los revolucionarios de color. Los acontecimientos mundiales
y nacionales también parecen justificar tal discusión: la globalización,
la persistencia del orden racial norteamericano, y el fracaso de los
movimientos reformistas de la izquierda, de la derecha, y del centro. Sin
embargo, si la discusión sobre la necesidad de una nueva organización ha
sido abundante, los pasos para construirla han sido inhábiles. Gran parte
del debate es simplemente discusión reciclada sobre la violencia y la
estructura organizacional, mientras que otras discusiones, tal como la
estrategia, han sido ignoradas.
Este documento fue escrito con la intención de fomentar el debate sobre
una nueva organización revolucionaria. El colectivo de Ruckus (sin
relación alguna con Ruckus Society) fue formado en Phoenix, Arizona, en
1997, para discutir la política revolucionaria a nivel local y nacional, y
para desarrollar una praxis revolucionaria. Localmente nuestra
contribución principal ha sido la creación de Phoenix Copwatch, que ha
estado patrullando las calles desde los principios de 1999. Hace unos
meses comenzamos a hablar de la necesidad de una organización
revolucionaria nacional o continental. Esto nos condujo a emprender un
programa de estudio con la meta de crear una propuesta para una federación
revolucionaria nacional o continental formada por miembros. Durante este
tiempo, estudiamos grupos revolucionarios del pasado, centrándonos en su
política, programa, estructura, y estrategia.
Los principios apuntados abajo expresan las conclusiones que hemos sacado
hasta ahora tras nuestro estudio. De ninguna manera es esto un manifiesto
completo o declaración política. Simplemente es un perfil de principios
que creemos que una nueva organización revolucionaria debe adoptar.
Tenemos esperanza en que este documento complementará no solamente el
debate sobre la estructura y la política de una nueva organización, sino
que ayudará a empujar el desarrollo de tal grupo al siguiente nivel.
Ni la vanguardia ni la red
Para el siglo XXI, una organización revolucionaria necesita forjar un
camino entre el modelo leninista de vanguardia, preferido por los partidos
marxistas tradicionales, y el endeble modelo organizacional de la "red",
preferido por muchos anarquistas y activistas hoy en día. El propósito de
una organización revolucionaria es actuar como un grupo de cuadros que
desarrolle las políticas y estrategias que conduzcan a los movimientos de
masas hacia una sociedad libre.
Esta organización no es un grupo de vanguardia. No intenta controlar
ninguna organización o movimiento, ni pretende ser la sección más avanzada
de una lucha que tiene, así, el derecho de actuar sobre los intereses de
las masas. Al contrario, asume que las masas son característicamente la
sección más avanzada de una lucha y que el grupo de cuadros siempre se
esfuerza por aprender de e identificarse con ellas. A la vez, una
organización de cuadros no finge que no lidera movimientos más grandes, ni
pretende, en lo más mínimo, que el liderazgo sea intrínsecamente
autoritario; no intenta controlar ninguna organización o movimiento, pues
ayuda a conducirlo proveyéndole una perspectiva radical y miembros
comprometidos dedicados a desarrollar su potencial revolucionario
autónomo. Un grupo de cuadros debe discutir aquellas políticas y
estrategias que mejor expresen y conduzcan a una sociedad libre, y después
debe luchar para establecerlas en organizaciones y movimientos orientados
por las masas.
Un grupo de cuadros no es una organización de coalición. No participa en
cualquiera y toda clase de activismo social progresista. Al contrario,
busca, ayuda a desarrollar, y apoya esas formas de agitación que
menoscaben el predominio de la sociedad oficial y que, de alguna manera,
prefiguren la nueva sociedad. Es decir, la organización no apoyaría
activamente toda clase de activismo, sino solamente esas luchas que tienen
el potencial de construir un contrapoder. Nos imaginamos que tal
organización revolucionaria sería, con relación a los movimientos
contemporáneos, lo que el FAI era en relación con la CNT en España, o la
Primera Internacional con respecto a los movimientos europeos de la clase
obrera: una organización de miembros, esto es, de personas semejantes
comprometidas a desarrollar y a impulsar el crecimiento de las tendencias
revolucionarias autónomas en nuestra sociedad actual.
Una estructura democrática
En la organización propuesta, todo el poder y la autoridad deben ser
transparentes, responsables, repartidos democráticamente, y eficaces.
Creemos que la estructura para una nueva organización debe basarse en los
siguientes principios:
1. Democracia directa. Todos los miembros deben tener voz y voto iguales
en aquellos asuntos que afectan a la organización. Al contrario del
centralismo democrático, esto incluiría el derecho de expresar libremente
desacuerdos con las decisiones tomadas por la mayoría. Este tipo de
democracia no implica que una facción minoritaria pueda interrumpir las
decisiones de la mayoría, lo cual tiende a ocurrir en las estructuras
endebles de una red (es decir procesos de consenso).
2. Miembros. La organización debe ser una organización formada por
miembros. Solamente los miembros deben tomar decisiones y actuar a favor
de la organización. La organización debe ser controlada solamente por los
que se comprometen en y con ella. Los criterios para ser miembro deben
establecerse claramente, junto con los criterios para suspender o expulsar
a los miembros que violan los principios de la organización. Los criterios
para ser miembro deben incluir compromisos políticos y financieros con la
organización.
3. Ramas locales. El grupo debe estar organizado en ramas locales. Uno de
los criterios para ser miembro sería afiliarse a una rama local o formar
una si no existe.
4. Eficacia y responsabilidad. Un procedimiento democrático para tomar
decisiones y cumplirlas debe estar establecido. Los miembros que no
cumplan sus responsabilidades deben asumir los cargos por sus faltas.
Contra la raza blanca
La prioridad de la organización propuesta debe ser destruir la supremacía
blanca. La supremacía blanca es un sistema que concede a aquellos
definidos como "blancos" privilegios especiales en la sociedad
norteamericana, tales como acceso preferencial a las mejores escuelas,
barrios, trabajos, y atención médica; mayores ventajas para acumular
riquezas; una menor posibilidad de encarcelamiento; y un mejor tratamiento
por parte de la policía y el sistema judicial. A cambio de estos
privilegios, los blancos han acordado vigilar al resto de la población con
medios tales como la esclavitud y la segregación en el pasado, y, hoy en
día, con políticas y prácticas formalmente "daltónicas", que todavía
sirven para mantener la ventaja blanca. La supremacía blanca, entonces,
une una sección de la clase obrera con la clase dominante contra el resto
de la clase obrera. Esta alianza de clases representa el principal
obstáculo, estratégicamente hablando, para la revolución en los Estados
Unidos. Dada la potencia imperial de los Estados Unidos, esta alianza
tiene implicaciones globales.
La tarea central de una nueva organización debe ser romper esta alianza
nefasta entre la clase dominante y la clase obrera blanca, atacando el
sistema de privilegio blanco y de subordinación de la gente de color. Esto
no quiere decir que la supremacía blanca es la "peor" forma de opresión en
este país, ni implica que si desaparece la supremacía blanca entonces
todas las otras formas de opresión se esfumarán mágicamente. Al contrario,
es un argumento estratégico basado en un análisis de la historia
estadounidense, diseñado para atacar la "estrella de muerte"
norteamericana en su punta más débil. El pegamento que ha mantenido al
estado norteamericano cohesionado ha sido la supremacía blanca; derretir
ese pegamento crea posibilidades revolucionarias.
Contra el estado
La organización propuesta debe ser anti-estatal, pues la función del
estado es 1) perpetuar el predominio de la clase opresora y 2) mantener su
propio poder. Por lo tanto, no tiene nada que ver con una sociedad libre y
debe ser abolido. Una estrategia revolucionaria intenta descalabrar al
estado, desarrollando una estrategia de contrapoder. Una estrategia de
contrapoder es una estrategia que desafía directamente a las instituciones
del poder y que, en cierta forma, prefigura las nuevas instituciones que
nosotros prevemos, al mismo tiempo. Una estrategia de contrapoder se opone
no solamente al estado, también nos prepara para los difíciles retos que
se presentarán en una situación revolucionaria.
La organización debe también apoyar el principio de la autodeterminación,
o el derecho del pueblo de controlar su propia vida y destino. Los
movimientos para la autodeterminación a menudo han asumido la política del
nacionalismo. Tradicionalmente los anarquistas han rechazado el
nacionalismo, porque lo consideran como una herramienta de opresión.
Reconocemos que el anti-estatismo y el nacionalismo a menudo son
tendencias contradictorias, puesto que el nacionalismo a menudo apoya la
creación de estado-naciones. Sin embargo, el nacionalismo también ha sido
una fuerza de liberación en la historia del mundo, particularmente en la
lucha contra el colonialismo. Así, a pesar de sus contradicciones, las
luchas nacionalistas no pueden ser rechazadas incuestionablemente por los
revolucionarios anti-autoritarios. La tarea es desarrollar las corrientes
anti-estatales dentro de los movimientos nacionalistas, no denunciar las
luchas de pueblos oprimidos porque asumen una forma nacionalista.
Una organización feminista
Cualquier nueva organización debe ser explícitamente feminista de varias
maneras. Primero, una organización revolucionaria debe tener un análisis
feminista radical de nuestra sociedad que desafíe a la dominación
masculina, a la heterosexualidad obligatoria, y al sistema de género
bipolar que encierra a los seres humanos en categorías de "varón" y
"hembra", y de "masculino" y "femenino". Segundo, sus operaciones internas
(estructura de organización, asignación de puestos de liderazgo,
procedimientos de reunión, hábitos de debate, etc.) deben asegurar la
participación de mujeres, y deben enterarse de las prácticas que tienden a
favorecer las voces de los hombres sobre las de las mujeres. Tercero, debe
comprometerse con el trabajo político feminista, particularmente con
aquellos tipos de agitación que vinculan luchas contra el sexismo, y con
luchas contra la supremacía blanca. Finalmente, una organización
revolucionaria necesita una visión feminista. No solamente debe imaginar
un mundo exento de sexismo u homofobia, sino uno en el cual las relaciones
de género se transformen completamente. Para obtener esta meta, debe
generar resistencia a las fronteras de género de masculino/feminino, y
animar a la gente a criticar y explorar sus deseos en vez de reprimirlos.
Estrategia
La federación propuesta debe reconocer que la teoría política puede lograr
poco si no se combina con una estrategia eficaz. Las acciones tomadas por
la organización, su involucramiento en movimientos de masas, y sus
declaraciones públicas, todos deben estar determinados por una base
estratégica. El enfoque de nuestro trabajo debe incluir nuestra
participación en movimientos y procesos activistas donde exista el
potencial de construir un contrapoder. Las reformas sociales ganadas por
los movimientos progresistas pueden ser importantes, pero si no trabajan
por conseguir un contrapoder, no son de interés para una organización
revolucionaria. Por ejemplo, la liberación de los animales es una causa
digna. Sin embargo, es difícil imaginarse cómo una campaña para la
liberación de los animales podría amenazar el poder del estado y
prefigurar una nueva sociedad. Así, mientras que una organización
revolucionaria aplaudiría actividades por la liberación de los animales,
la organización propuesta no emplearía energía en ello. Por otra parte, un
programa para desarrollar las ramas locales de Copwatch representaría una
estrategia de contrapoder, ya que vigilar a la policía reduce el poder del
estado, por estar interrumpiendo la capacidad de la policía de hacer
cumplir las leyes impuestas por criterios de clase y de color de piel, y
también prefigura una nueva sociedad en la cual la gente común toma la
responsabilidad de garantizar la seguridad de sus comunidades.
Así, las campañas desarrolladas por la organización que no contribuyan a
la construcción de un contrapoder deben ser abandonadas. Si un movimiento
popular de protesta tiene poca esperanza en construir un contrapoder, no
es un movimiento en el que debamos estar involucrados como organización.
Moral y políticamente, podemos aprobar tales movimientos; pero como un
grupo pequeño de recursos limitados, hemos de rechazar el liberalismo del
activismo de reforma, y nos concentraremos en la estrategia
revolucionaria.
Visión
Uno de los grandes fracasos de las organizaciones radicales modernas ha
sido el no proponer una visión clara de una nueva sociedad. Podemos decir
contra qué estamos, pero raramente a favor de qué estamos. Un propósito de
una organización revolucionaria es entregar a la gente una visión de un
mundo digno de lucha. La falta de visión es una de las razones por las
cuales históricamente los radicales han fracasado al ganar a la clase
obrera para adherirla a su política. Lamentablemente, la derecha fascista
no ha fracasado en esta tarea; ofrece una visión clara del mundo que desea
crear. Si continuamos sin ofrecer nuestra propia visión, no podemos
esperar ganar a la gente para adherirla a la política revolucionaria.
Bring the Ruckus (Trae la Bulla)
Esta propuesta es el producto de nuestras lecturas y discusiones sobre
varias organizaciones y movimientos radicales realizadas en el último año,
extendiéndose por las obras producidas por la lucha de liberación negra,
la liberación de las mujeres, los abolicionistas, y el anarquismo
revolucionario clásico y contemporáneo. Las praxis tratadas internamente
también se basan en nuestra experiencia con el trabajo político de base,
particularmente en Phoenix Copwatch.
Para ver nuestro archivo de algunos de los documentos que hemos leído y
estudiado, dirígete a http://www.illegalvoices.org/ruckus. Si estás
interesado en la política de esta propuesta y quisieras discutirla más a
fondo, te invitamos a que nos contactes. Sabemos que hay varias
conferencias programadas en los Estados Unidos y Canadá este verano, que
tratarán algunos de los puntos de esta declaración. Esperamos que esta
declaración tenga cierto valor en estas reuniones. También haremos nuestro
mejor esfuerzo para enviar representantes a esas conferencias.
Bring the Ruckus
P.O. Box 1543
Phoenix, AZ 85001
602-241-6353
ruckus@agitatorindex.org






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