A-Infos (ca) El neofascismo solapado, Secretaría de Prensa CNT

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de red-libertaria.net
La pérdida total o parcial de las libertades en el seno de una democracia
delegada en el parlamento, es un hecho que puede tener connotaciones
ligadas al fenómeno del fascismo.
Hoy en día no hace falta el eco popular de los años 20 y 30, sino que se
utiliza de una manera más solapada que se basa en los aparatos del estado,
las asociaciones profesionales y otros grupos ligados directa o
indirectamente a la hegemonía capitalista, a estas organizaciones habría
que añadir las religiosas que con amplio poder de decisión en la economía
como en la política han sabido introducir sus tentáculos en las decisiones
de poder; jesuitas, Opus Dei, legionarios de Cristo, que se conozcan en
Europa y otro tipo de sectas allende de los mares.
Hoy en día el peligro lo enfocan hacia los movimientos contestatarios, que
aún desunidos, en un plazo no muy lejano, se podrían constituir en una
opinión muy importante a nivel mundial, caso último las movilizaciones
contra la invasión de Iraq.
Por este motivo en algunos países como EE.UU. y España se ha vuelto al
anterior lenguaje en un intento desesperado de descalificar a lo que les
pueda molestar. El lenguaje utilizado por José María Aznar, difiere poco
del que se utilizaba en la época anticonstitucional, utilizando adjetivos
de forma peyorativa como socialista, comunista, pancartitis,
antipatriotas, etc, etc. , y no hay que descartar que este tipo de
paranoia la extienda a otros grupos sociales que cuestionan el modelo
socio económico de este país y de otros.
¿Cuáles son los medios que pueden utilizar para frenar el descontento que
afecta cada vez más a más países?.
No es nuevo que cada país tiene sus propios servicios de inteligencia.
Todas estas organizaciones que en su día fueron creadas para adaptarse a
la guerra fría entre los dos bloques, se han convertido en aparatos de
fiscalización y tutela política.
Son organizaciones que no están sometidas a un control parlamentario y
dependen teóricamente del presidente de cada gobierno. Es decir hay un
estado dentro de otro estado. El control sobre los disidentes dentro de
cada país es cada vez más exhaustivo y muchos de los conflictos bélicos o
cambios de gobierno han sido auspiciados `por estos servicios secretos.
Esto solo puede tener un adjetivo, fascismo soterrado, justificado de
buenas dosis de patriotismo, pero fascismo al fin y al cabo. Mientras el
fascismo “clásico” aspiraba a un control directo de todos los organismos
de representación y de gobierno, el fascismo capitalista, lo que ha hecho
es despolitizar la sociedad, dominando todos los engranajes de la misma,
no al pueblo como tal, puesto que a este por los procedimientos antes
citados, despolitización, delegación del poder, etc. ya ha sido anulado.
Hoy determinados jefes de gobierno y el ejemplo lo tenemos en el estado
español, se han convertido en pequeños césares, al estilo del viejo
imperio romano.
Para llevar a cabo este camuflaje de liberalismo y de capitalismo
“humanista”, evidentemente no se podían utilizar las viejas fórmulas de
ilegalizar los partidos políticos, hoy en día esta frase ha perdido su
actualidad, ni organizaciones obreras, pero repetimos que la
despolitización de las masas, el conservadurismo de los partidos políticos
(incluidos los socialdemócratas) ha facilitado esta labor y por lo tanto
no ha tenido necesidad de desplegar su capacidad represiva.
La técnica moderna ha cambiado, tras la formación de grandes burocracias
al servicio del estado (político privadas, burocracia de los partidos,
burocracias sindicales) han dado paso a la creación de un Estado cuya
policía está al servicio de las clases dirigentes, reforzadas por las
entidades privadas de carácter cuasi policial para proteger el poder de
las clases dirigentes.
No conviene olvidar que EE.UU. aunque participó de una manera activa en la
Segunda Guerra Mundial, combatiendo al fascismo, no impide que desde hacia
varias décadas cada vez más acentuada en los EE.UU., se está cristalizando
bajo una apariencia de liberalismo un nuevo fascismo, que se traduce en un
gran chauvinismo y un exacerbado culto ultranacionalista, un imperialismo
bélico y a la desideologización de la política y las ideas.
El fascismo de nuevo cuño tiene como figura importante a los que regentan
los despachos de los juristas al servicio del régimen, a los tecnócratas.
, etc.. Las decisiones son tomadas en los despachos, estos burócratas del
neofascismo capitalista, no van uniformados, ni llevan cruces gamadas en
la bocamanga de sus trajes, sino que tienen la apariencia de tranquilos y
pacíficos ciudadanos. Su lenguaje no es retórico ni virulento, como el de
los antiguos nazis, salvo excepciones, sino que sus modos son refinados e
incluso podríamos asegurar que elegantes. Las decisiones se toman en base
a unos informes periciales, de estadísticas, de intrincadas leyes, que
solo ellos son capaces de entender y que tienen tantos significados y
recovecos que las aplican según convenga a sus intereses.
En su momento Robin Blackburn manifestó y con razón “ Vivimos en una
sociedad esencialmente opaca; el sentido y el origen de los
acontecimientos se nos escapa sistemáticamente. Los movimientos de la
economía permanecen oscuros e inextricables, incluso para el más experto
“.
En el fascismo neocapitalista las masas no ven a quienes las dirigen,
están ocultos en edificios donde se esconden todos los entramados del
sistema. ¿Qué se pretende con estos?. La desmoralización de las protestas.
No sabes a quien dirigirte y en caso de que encuentres un interlocutor
nunca va a ser el válido, solo el recepcionista de un escrito.
Hoy en día no se encierra a los disidentes en campos de concentración,
aunque al paso que llevamos y visto algunos ejemplos no hay que descartar
lo contrario, al viejo uso. La estrategia represiva del fascismo
capitalista consiste en “ hacer el vacío “ a los grupos de individuos, o
disidentes, vetarles, excluirles de las listas, vetarles de la
participación ciudadana, colonizar la cultura haciendo el vacío a músicos,
escritores, periodistas y otras ramas de la sociedad.
Estamos en plena era del mcarthysmo, hábilmente solapado. El capitalismo
avanzado dispone de un aparato informativo ( mucho mas sofisticado) del
que disponía es fascismo para estar al corriente de las actividades y
formas de pensar de cualquier miembro de la colectividad. La gran
diferencia es que antes estos ficheros estaban en poder del partido nazi y
ahora hay numerosos grupos, políticos, económicos, policiales, servicios
secretos gubernamentales y grandes empresas que tienen acceso a ellos y
que han desarrollado un complejo de espionaje donde todos estamos
inmersos.
Los mismos test, utilizados por las empresas para contratar a nuevos
trabajadores, van enfocados de una manera muy sutil, a conocer, la forma
de pensar del presunto contratado y si su pensamiento diríamos se rigen
por los cánones por ellos establecidos. Si no es así el candidato queda
automáticamente rechazado aunque eso sí queda registrado en el archivo de
esa empresa y de cuantas haya acudido, como un ser presuntamente
antisocial y enemigo del sistema.
Ya sabemos que el ejemplo más recurrido es el de USA. En ese país no solo
se valora la capacidad profesional de sus empleados, sino su “moralidad”,
sus hábitos personales, su conducta política, al actual mandatario Bush,
ya sugirió a raíz del 11-S, que se debería crear aparte de lo que existe,
una red de espionajes dentro de su propio país de al menos un millón de
personas, que sirvieran para controlar a sus compañeros de trabajo, a sus
vecinos, etc..
Esta es la labor subterránea que no se palpa pero que indudablemente
existe, luego existe la visible, la represiva físicamente. Las imágenes de
policías disolviendo manifestaciones de protesta por las libertades, por
el derecho al trabajo..., bien a golpes de porra, gases, mangueras de
agua, pelotas de goma y fuego real, no se dan solo en las dictaduras, sino
que también es familiar desde está constituida una democracia delegada
parlamentaria. De todos es conocida la brutalidad de la policía
estadounidense con los sectores contestatarios, con los negros, con los
latinoamericanos, quedando en la mayoría de los casos impunes sus
acciones.
En este sentido el estado capitalista, ha asumido en gran parte los
métodos brutales introducidos por el fascismo italo-germano. A pesar de
que en las constituciones democráticas está explícitamente reconocido el
derechos a la asociación, libertad de reunión y expresión, los órganos
policiales, delegados gubernamentales y jurídicos, tienen las suficientes
facultades para denegar de antemano el permiso para cualquier celebración
de una convocatoria pública. Cuando es organismo público correspondiente,
considera que una manifestación no es compatible con una serie de
intereses privados u oficiales, deniega el permiso, o bien desplaza a la
policía para que la misma no se celebre y se recurra si quieren a la
fuerza, y aunque a los manifestantes les asista la razón no solo ética,
sino legal, el poder político y policial, salta incluso por encima de su
propia legalidad.
Esto si que es el caos y el desorden. Veremos como y quienes ponen freno a
estas tropelías.
Secretaría de Prensa – CNT

Iñaki Astoreka

Bilbao



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