A - I n f o s
a multi-lingual news service by, for, and about anarchists **

News in all languages
Last 40 posts (Homepage) Last two weeks' posts

The last 100 posts, according to language
Castellano_ Català_ Deutsch_ Dutch_ English_ Français_ Italiano_ Polski_ Português_ Russkyi_ Suomi_ Svenska_ Türkçe_ The.Supplement
{Info on A-Infos}

(ca) ¿QUÉ PUEDE SIGNIFICAR “ABOLICIÓN DE LA PROSTITUCIÓN”? [La

From <a-infos-ca@ainfos.ca>
Date Sun, 9 Mar 2003 18:52:46 +0100 (CET)


Campana, #211]
¿QUÉ PUEDE SIGNIFICAR “ABOLICIÓN DE LA PROSTITUCIÓN”?
Publicado un manifiesto abolicionista y en contra de la
regulación legal
Sender: worker-a-infos-ca@ainfos.ca
Precedence: list
Reply-To: a-infos-ca

 ______________________________________
        AGENCIA DE NOTICIAS A-INFOS
           http://www.ainfos.ca/
       http://ainfos.ca/index24.html
 _______________________________________


	La semana pasada tuvimos ocasión de conocer a través de los
periódicos de mayor tirada el “Manifiesto por la abolición de la
prostitución”, promovido por 12 asociaciones de mujeres y
suscrito por más de 70 organizaciones de amplio espectro, unas
corporativas y otras sociales y políticas de carácter más
amplio. El “Manifiesto” pretende salir al paso de la “Comisión
Especial de Estudio de la Prostitución”, constituida en el
Senado el pasado 21 de marzo con “la finalidad de elaborar las
propuestas políticas tendentes a definir la posición de nuestra
sociedad frente a la misma”.
	He de reconocer que tras la sincera y atenta lectura del
“manifiesto” sigo sin comprender a qué puedan referirse sus
autores por “abolición de la prostitución”, y aún menos
comprendo cuando enseguida se añade como subtítulo “Regular la
prostitución es legitimar la violencia contra las mujeres”.
	Según se explicita en el texto, los firmantes consideran
incompatible la práctica de la prostitución “con una sociedad
constituida sobre la igualdad y dignificación de las personas”
y, por ello, en aras de la igualdad y la dignidad, debe ser
abolida y no regulada. Sin embargo, el manifiesto omite
cualquier referencia a otras prácticas sociales incompatibles
con la igualdad y la dignidad de las personas pero perfectamente
reguladas y contundentemente legitimadas, como la guerra, los
módulos penitenciarios de aislamiento, el régimen de salariado
vigente, los trabajos peligrosos y/o dañinos, la contaminación,
la privatización del patrimonio y bienes públicos. También omite
que si alguna sociedad está constituida sobre la igualdad y la
dignificación de las personas, no es precisamente esta que
vivimos y, por tanto, tampoco lo será aquella en la que
previsiblemente la prostitución llegue a ser “abolida”. Y ambas
omisiones resultan ser decisivas para valorar la propuesta de
“abolir la prostitución”, esto es, la oferta sexual por parte de
una persona a otra a cambio de dinero, o, si se quiere poner el
acento en el cliente, la solicitud por una persona de un favor
sexual a otra consentidora de ello a cambio de dinero.
	Resulta evidente que son muy pocas las prostitutas que llegan a
ejercer libre y voluntariamente. Las más de ellas fueron y son
introducidas en ese mundo de los peores modos posibles, con
violencia hacia sus personas, chantajes de todo tipo y
esclavitudes inhumanas. Tampoco se ignora que en su mayoría se
mantienen en esa actividad forzadas de mil modos, muchos de
ellos relacionados con la desigualdad social, política y
económica. Y con eso ¿Cómo se puede abolir la prostitución sin
criminalizar la actividad sexual y sin siquiera sugerir que
dicha actividad pueda ser cuestionada? Pero, sobre todo, ¿Cómo
hacerlo, sin condenar al desamparo de la sociedad injusta
-regida por el principio del dinero- a las personas
prostituidas, cuando nadie ha propuesto la abolición de la
injusticia, desigualdad e indignidad sociales?
	Los firmantes proponen que esa abolición sin regulación debe
hacerse por los poderes públicos (¡que no son precisamente los
garantes de la igualdad y dignidad sociales, sino de todo lo
contrario!), con medidas en dos direcciones complementarias.
	Por un lado, mediante tácticas de asfixia represiva y
contundentes actuaciones penales sobre sus actores, con
exclusión de las propias prostitutas, pero no de los clientes.
Por otro, con iniciativas que promuevan “la igualdad de
oportunidades para las mujeres”, remuevan “las condiciones y
circunstancias que permiten, favorecen o propician la
prostitución” y desarrollen “políticas de prevención y
especial-mente de sensibilización y deslegitimación de los
prostituidores/clientes, actores responsables de esta forma de
violencia”. [En otro párrafo se insiste en “que el
prostituidor/cliente, invisibilizado hasta el momento, es
responsable con su demanda del desarrollo de la industria del
sexo”.]
	Así que, según los abolicionistas, estas iniciativas y
actividad penal selectiva no suponen una “regulación de la
prostitución”, pues ello significaría “legitimar la violencia
contra las mujeres”, lo cual debemos poner seriamente en duda,
ya que según todos los indicios la “Abolición” pro-puesta es en
sí misma una regulación. La peor de todas. La del mercado,
aunque este mercado sea el más siniestro de los imaginables y
todo él se sitúe al margen de la ley.
	Según los abolicionistas, se trataría de que “los poderes
públicos” sean intolerantes y no se inhiban frente a la
“industria del sexo”, esto es, “frente a los que organizan,
reclutan, transportan, inducen a la prostitución y frente a
todos los que obtienen beneficios económicos de la prostitución
[NOTA: con exclusión de las prostitutas, según se recoge en
otros párrafos], favorecen la expansión y arraigo de una
práctica que compromete la vida, salud, integridad psíquica de
numerosas personas, especialmente mujeres y menores”, pero
también contra el cliente, al que se llega a catalogar como
proxeneta y, por tanto, responsable de un acto delictivo que
puede llevarle a la cárcel. No es fácil imaginar cuál sea el
delito de una persona que propone relaciones sexuales a cambio
de dinero a otra persona adulta, que exhibe su oficio y voluntad
con apariencia de libertad, ni más ni menos que otros muchos
esclavos de la sociedad actual. ¿No se estará rondando, una vez
más, el integrismo inmoral que tan sañudamente persiguió a las
prostitutas pobres y las usó como un factor de control social de
primer orden, haciendo campañas de vez en vez de “higiene moral”
y “salud social”?
	En fin, la propuesta de las organizaciones abolicionistas
presenta demasiados interrogantes y contiene demasiados
elementos ideológicos que entroncan con actitudes deplorables y
tiempos ignominiosos, que de ningún modo quisiéramos volver a
ver, como para suscribirla sin matizarla debidamente. Nunca la
“solícita atención a los desamparados” fue impedimento alguno
para construir un mundo de rigor prohibicionista y ferocidad
penal, en el que todos los de abajo terminan por ser
injustamente tratados.

V. Laciera





*******
   ****** Servicio de noticias A-INFOS *****
 Noticias de, y de interés para, anarquistas

-SUSCRIPCIONES: lists@ainfos.ca
-RESPONDER: a-infos-d@ainfos.ca
-AYUDA: a-infos-org@ainfos.ca
-WWW: http://www.ainfos.ca/org
-INFO: http://www.ainfos.ca/org

Para recibir a-infos en un idioma solamente escribir para lists@ainfos.ca
la mensage seguinte:
                                    unsubscribe a-infos
                                    subscribe a-infos-X
con X= ca, ct, pt, en, fr, etc (i.e. el codigo del idioma)



A-Infos Information Center