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The.Supplement
{Info on A-Infos}
(ca) Nota del Periódico En Lucha
From
"cap" <colectivoanarquistadeproduccion@yahoo.com.ar>
Date
Wed, 27 Aug 2003 23:29:51 +0200 (CEST)
______________________________________
AGENCIA DE NOTICIAS A-INFOS
http://www.ainfos.ca/
http://ainfos.ca/index24.html
_______________________________________
SOCIEDAD ACTUAL- PODER
Autogestión y Resistencia - por Martín Ayos
- Exclusivo para La Unión Digital -
"Estamos dentro de la ley como el pie chino dentro del brodequín, como el
baobab dentro del tiesto japonés. ¡Somos enanos voluntariosos! ¡Y se teme
"el caos" si nos desembarazamos del brodequín, si rompemos el tiesto y
nos plantamos en plena tierra, con la inmensidad por delante! ¿Qué
importan las formas futuras? La realidad las revelará. Estamos ciertos de
que serán bellas y nobles, como las del árbol libre." Rafael Barret En
la Argentina, por lo menos hasta hace un tiempo, parecía que las únicas
opciones de vida posibles oscilaban entre la aceptación ciega de los
designios del Partido en el Poder o en la crítica fabricada por los
partidos de "oposición" o en un "contrapoder" igualmente partidista y
jerarquizado. Afortunadamente, ni uno ni otros lograron captar del todo
el "descontento popular". La sucesión continuada de consignas,
llamamientos y arengas basados en el terror, en pos del sostenimiento de
la representatividad partidista y/o parlamentaria, fueron perdiendo,
gradualmente, el efecto deseado. El miedo al debilitamiento del Estado
como causa de un Apocalipsis probable fue disipándose en la justa medida
en que comenzaba a comprenderse, o, por lo menos, a hacerse visible, la
relación entre economía y política y, más profundamente, entre
Capitalismo y Poder (estatal, sindical o partidario). La izquierda debió
transformarse y adoptar -aunque todavía enviciada de corporativismo- un
modo de acción
no estatal ni representacionista, propio de los movimientos populares
insurgentes. La derecha no pudo utilizar su recurso de camouflage, como
hiciera antaño, para manipular el deseo de transformación y reconducirlo
hacia nuevos modos de totalitarismo. Pero lo más importante es que el
"alma" (1) popular fue sensibilizándose, desde el relegamiento al que lo
confinaran las formas anquilosadas de dominio, hacia el ejercicio de una
verdadera resistencia, cuya vitalidad reside en una experiencia
autopoiética (2) que dejará sus marcas y en el sentimiento, cada vez más
profundo, de la total prescindibilidad del Estado y las formas de
Representatividad: "El Estado es el más frío de los monstruos fríos"
(3). Fue un "NO" enérgico, "en boca de todos", un rumor (4), y luego un
grito (5), el que dió lugar a la sensación, tan extendida hoy en día, de
que el pueblo es lo "diferente del poder". Sin embargo, esta diferencia,
no está marcada exclusivamente por la negación. El mismo Holloway, para
quien el anti-poder o poder-hacer se determinaría negativamente, en
función de una resistencia al Poder-sobre lo suficientemente abierta
como para entrever la posibilidad de su emancipación, dice: "La negación
no proviene de nuestra esencia sino de la situación en que nos
encontramos. No gritamos y empujamos mas allá porque es propio de la
naturaleza humana sino, por el contario, porque estamos privados de lo
que es la humanidad (6)" . El "NO" que se oye en las calles es la
irrupción de una diferencia, de un acontecimiento que no es sólo lo
"otro de", sino lo "puramente otro". En este sentido, podemos decir que,
si bien la diferencia necesita de la negación en tanto destrucción del
estado de cosas, es, sobre todo, la afirmación libertaria y solidaria de
sí misma en todas las diferencias y de todas las diferencias en ella, lo
"nuevo" no reductible a ningún estatismo, presente o futuro: "La pasión
por la destrucción es también una pasión creadora" (7). El seno de la
diferencia es profundamente afirmativo, pues, para ser diferente, la
diferencia, debe repetirse, plegarse sobre sí misma, debe autoafirmarse,
atendiendo a su capacidad autopoiética y/o autogestiva. El Poder
captura, acumula, cristaliza. La rebelión, por el contrario, es
creadora, pues surge siempre como aquello que no estaba, que era y
seguirá siendo necesario inventar. La diferencia radica en el modo, o
mejor, en los modos de producción; no sólo en el sentido del trabajo,
sino también en el del ocio, es decir, en los espacios de libertad que
conjugan a ambos como posibilidad creadora. Lo que hay en la base de
estos modos de producción libertarios, como fuerza emancipadora, es la
autogestión. La autogestión no es sólo la administración "no
contaminada" de los frutos de la producción, sino el esfuerzo solidario
por multiplicar los espacios de libertad. Contrariamente al Poder, que
individualiza, divide, objetiviza, es profundamente relacional,
conectiva. Es imposible pensar hoy en día que las asambleas son otra
cosa que los movimientos piqueteros u otros modos de insurgencia, existe
una relación entre ambos, un devenir que les es común, una lucha por lo
nuevo que no reposa en la idea de ningún nuevo orden, ni en la toma del
Poder, sino en la implementación de un apoyo mutuo: "En la amplia
difusión de los principios de ayuda mutua, aun en la época presente,
vemos también la mejor garantía aún más elevada del género humano" (8).
Las recientes manifestaciones de ello (la interrelación entre comedores
populares, colectivos de producción, fábricas recuperadas, movimientos
en lucha, asamableas, educadores populares, etc.) dan cuenta de que la
ayuda no se comprende desde la óptica del asistencialismo o desde la
donación de una dádiva comunes al ejercicio de la dominación, sino en el
ejercicio de una autopóiesis, de una lucha y un deseo de libertad
comunes. La "solidaridad para con los oprimidos" es, hoy día, la
implementación de nuevos modos emancipadores, que no esperan nada del
Poder, pues lo conocen demasiado ("¿Qué socialdemocracia no ha dado la
orden de disparar cuando la miseria sale de su territorio o ghetto?"
(9)), que son contrarios al Poder, no sólo por definición y resistencia,
sino también por una cuestión de prescidibilidad. Autogestión significa,
en un primer momento: resistencia a la dominación, pero,luego, más
profundamente: el ejercicio de una libertad o de un deseo de libertad
capaz de acabar con todos los modos de totalitarismos a partir de la
convicción de que todos somos capaces de producir, administrar y
disfrutar en relación a otros que lo hagan o deseen hacerlo.
NOTAS 1 Por "alma" popular entiendo el juego de diferencias irreductibles
que conforman los flujos deseantes de los movimientos populares
insurgentes. 2 Aplico aquí el término, independientemente de las
coincidencias que pueda tener o no respecto de las concepciones de
Maturana-Varela, Guattari, etc., en dos sentidos unificados: a como
autoproducción o autoinvención, como creación y surgimiento de una
experiencia en la invención de espacios tiempos proicios a la libertad. b
como autogestión, como autoafirmación libertaria y solidaridad. 3
Nietzsche, F.: Así habló Zarathustra. 4 Tomo la palabra rumor en el
sentido que le da Blanchot, algo que considero del orden del
acontecimento. Para una mejor comprensión del término que la que aquí se
brinda, ver: Blanchot, M.: El diálogo inconcluso, Ed. Monte Ávila,
México, 1996. 5 Ver: Holloway, J.: Cambiar el mundo sin tomar el poder,
Ed. Herramienta Bs. As. 2002 6 Holloway, J.: Cambiar el mundo sin tomar
el poder, Ed. Herramienta Bs. As. 2002,
pág.48. 7 Bakunin, M.: Dios y el Estado, Ed.Altamira, Bs. As. 8
Kropotkin, P.: El apoyo mutuo, Ed.Proyecto Prometeo, pág.207. 9 Deleuze,
G. - Guattari, F.: ¿Qué es la filosofía?, ed. Anagrama. U.B.A. Docente
de la cátedra de Ética de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.
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<DIV>SOCIEDAD ACTUAL- PODER<BR>Autogestión y Resistencia - por Martín
Ayos</DIV> <DIV>- Exclusivo para La Unión Digital - </DIV>
<DIV>"Estamos dentro de la ley como el pie chino dentro del brodequín,
como el baobab dentro del tiesto japonés. ¡Somos enanos voluntariosos! ¡Y
se teme "el caos" si nos desembarazamos del brodequín, si rompemos el
tiesto y nos plantamos en plena tierra, con la inmensidad por delante!
¿Qué importan las formas futuras? La realidad las revelará. Estamos
ciertos de que serán bellas y nobles, como las del árbol libre." Rafael
Barret </DIV> <DIV>En la Argentina, por lo menos hasta hace un tiempo,
parecía que las únicas opciones de vida posibles oscilaban entre la
aceptación ciega de los designios del Partido en el Poder o en la crítica
fabricada por los partidos de "oposición" o en un "contrapoder"
igualmente partidista y jerarquizado. Afortunadamente, ni uno ni otros
lograron captar del todo el "descontento popular". La sucesión continuada
de consignas, llamamientos y arengas basados en el terror, en pos del
sostenimiento de la representatividad partidista y/o parlamentaria,
fueron perdiendo, gradualmente, el efecto deseado. El miedo al
debilitamiento del Estado como causa de un Apocalipsis probable fue
disipándose en la justa medida en que comenzaba a comprenderse, o, por lo
menos, a hacerse visible, la relación entre economía y política y, más
profundamente, entre Capitalismo y Poder (estatal, sindical o
partidario). La izquierda debió transformarse y adoptar -aunque todavía
enviciada de corporativismo- un modo de
acción no estatal ni representacionista, propio de los movimientos
populares insurgentes. La derecha no pudo utilizar su recurso de
camouflage, como hiciera antaño, para manipular el deseo de
transformación y reconducirlo hacia nuevos modos de totalitarismo. Pero
lo más importante es que el "alma" (1) popular fue sensibilizándose,
desde el relegamiento al que lo confinaran las formas anquilosadas de
dominio, hacia el ejercicio de una verdadera resistencia, cuya vitalidad
reside en una experiencia autopoiética (2) que dejará sus marcas y en el
sentimiento, cada vez más profundo, de la total prescindibilidad del
Estado y las formas de Representatividad: "El Estado es el más frío de
los monstruos fríos" (3). Fue un "NO" enérgico, "en boca de todos", un
rumor (4), y luego un grito (5), el que dió lugar a la sensación, tan
extendida hoy en día, de que el pueblo es lo "diferente del poder". Sin
embargo, esta diferencia, no está marcada exclusivamente por la
negación. El mismo Holloway, para quien el anti-poder o poder-hacer se
determinaría negativamente, en función de una resistencia al Poder-sobre
lo suficientemente abierta como para entrever la posibilidad de su
emancipación, dice: "La negación no proviene de nuestra esencia sino de
la situación en que nos encontramos. No gritamos y empujamos mas allá
porque es propio de la naturaleza humana sino, por el contario, porque
estamos privados de lo que es la humanidad (6)" . El "NO" que se oye en
las calles es la irrupción de una diferencia, de un acontecimiento que
no es sólo lo "otro de", sino lo "puramente otro". En este sentido,
podemos decir que, si bien la diferencia necesita de la negación en
tanto destrucción del estado de cosas, es, sobre todo, la afirmación
libertaria y solidaria de sí misma en todas las diferencias y de todas
las diferencias en ella, lo "nuevo" no reductible a ningún estatismo,
presente o futuro: "La pasión por la destrucción es también una pasión
creadora" (7). El seno de la diferencia es profundamente afirmativo,
pues, para ser diferente, la diferencia, debe repetirse, plegarse sobre
sí misma, debe autoafirmarse, atendiendo a su capacidad autopoiética y/o
autogestiva. El Poder captura, acumula, cristaliza. La rebelión, por el
contrario, es creadora, pues surge siempre como aquello que no estaba,
que era y seguirá siendo necesario inventar. La diferencia radica en el
modo, o mejor, en los modos de producción; no sólo en el sentido del
trabajo, sino también en el del ocio, es decir, en los espacios de
libertad que conjugan a ambos como posibilidad creadora. Lo que hay en
la base de estos modos de producción libertarios, como fuerza
emancipadora, es la autogestión. La autogestión no es sólo la
administración "no contaminada" de los frutos de la producción, sino el
esfuerzo solidario por multiplicar los espacios de libertad.
Contrariamente al Poder, que individualiza, divide, objetiviza, es
profundamente relacional, conectiva. Es imposible pensar hoy en día que
las asambleas son otra cosa que los movimientos piqueteros u otros modos
de insurgencia, existe una relación entre ambos, un devenir que les es
común, una lucha por lo nuevo que no reposa en la idea de ningún nuevo
orden, ni en la toma del Poder, sino en la implementación de un apoyo
mutuo: "En la amplia difusión de los principios de ayuda mutua, aun en
la época presente, vemos también la mejor garantía aún más elevada del
género humano" (8). Las recientes manifestaciones de ello (la
interrelación entre comedores populares, colectivos de producción,
fábricas recuperadas, movimientos en lucha, asamableas, educadores
populares, etc.) dan cuenta de que la ayuda no se comprende desde la
óptica del asistencialismo o desde la donación de una dádiva comunes al
ejercicio de la dominación, sino en el ejercicio de una autopóiesis, de
una lucha y un deseo de libertad comunes. La "solidaridad para con los
oprimidos" es, hoy día, la implementación de nuevos modos emancipadores,
que no esperan nada del Poder, pues lo conocen demasiado ("¿Qué
socialdemocracia no ha dado la orden de disparar cuando la miseria sale
de su territorio o ghetto?" (9)), que son contrarios al Poder, no sólo
por definición y resistencia, sino también por una cuestión de
prescidibilidad. Autogestión significa, en un primer momento:
resistencia a la dominación, pero,luego, más profundamente: el ejercicio
de una libertad o de un deseo de libertad capaz de acabar con todos los
modos de totalitarismos a partir de la convicción de que todos somos
capaces de producir, administrar y disfrutar en relación a otros que lo
hagan o deseen hacerlo.</DIV>
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<DIV>NOTAS 1 Por "alma" popular entiendo el juego de diferencias
irreductibles que conforman los flujos deseantes de los movimientos
populares insurgentes. 2 Aplico aquí el término, independientemente de
las coincidencias que pueda tener o no respecto de las concepciones de
Maturana-Varela, Guattari, etc., en dos sentidos unificados: a como
autoproducción o autoinvención, como creación y surgimiento de una
experiencia en la invención de espacios tiempos proicios a la libertad. b
como autogestión, como autoafirmación libertaria y solidaridad. 3
Nietzsche, F.: Así habló Zarathustra. 4 Tomo la palabra rumor en el
sentido que le da Blanchot, algo que considero del orden del
acontecimento. Para una mejor comprensión del término que la que aquí se
brinda, ver: Blanchot, M.: El diálogo inconcluso, Ed. Monte Ávila,
México, 1996. 5 Ver: Holloway, J.: Cambiar el mundo sin tomar el poder,
Ed. Herramienta Bs. As. 2002 6 Holloway, J.: Cambiar el mundo sin tomar
el poder, Ed. Herramienta Bs. As.
2002, pág.48. 7 Bakunin, M.: Dios y el Estado, Ed.Altamira, Bs. As. 8
Kropotkin, P.: El apoyo mutuo, Ed.Proyecto Prometeo, pág.207. 9 Deleuze,
G. - Guattari, F.: ¿Qué es la filosofía?, ed. Anagrama. U.B.A. Docente
de la cátedra de Ética de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.
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