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(ca) cnt valladolid: Solidaridad con las temporeras: Trabajo sí, pero con derechos
Date
Wed, 4 Jul 2018 10:30:28 +0300
Texto que se leyó durante la concentración del 29 de junio en Valladolid de la Plataforma
por la Sexualidad y el Aborto Libres en solidaridad con las temporeras de la fresa que han
denunciado abusos laborales y sexuales: ---- Estamos aquí para denunciar la VIOLENCIA
RACISTA, NEOCOLONIAL, PATRIARCAL Y CLASISTA que están sufriendo las temporeras marroquíes
que trabajan en los invernaderos de la fresa en Huelva. ---- Queremos empezar dando voz
aquí en esta plaza de Valladolid a ellas, por lo que recogemos algunos de sus valientes
testimonios: ---- "Él me llamó, pero yo no pensé que me fuera a hacer nada, ni agredirme,
porque era mi jefe. Me subí en su coche. A medio camino paró y sacó su material. Vino por
mi lado y me agarró con fuerza. Yo me defendía empujándole para alejarlo. Quería acostarse
conmigo. Y me agarró con fuerza los pechos. Quería bajarme el pantalón y me cogía de
arriba y de ahí abajo, me apretaba y me besaba."
"Hace cinco años trabajé en una compañía donde el jefe me acosaba sexualmente. Me amenazó
y me dijo que si no tenía relaciones sexuales con él me despediría. Tenía miedo de perder
mi trabajo porque tengo que cuidar de mis hijos. Todavía tomo pastillas para dormir y a
menudo tengo pesadillas."
"Estaba yendo a la ducha cuando él entró en nuestra habitación. Él vino y me agarró la
barriga. Le dije <<Estoy embarazada, aléjate de mí>>. Él me dijo que no había problema,
<<sólo chúpamela o te doy por detrás>>."
"Aquí, se me ha usado y abusado. Han explotado la situación en la que estaba. Él me aisló
y me obligó a ir con él. Amenazó con enviarme de vuelta a Marruecos si le rechazaba. Si no
le sigo, dijo que me mataría. Estamos en medio de la nada. No hay nadie. Lejos de la casa,
en medio de un campo. Me dijo que debería arrodillarme enfrente de él. Me forzó a tener
sexo anal con él. No conocía a nadie. Ni siquiera conocía el idioma. Me dijo que no
serviría de nada hablar con nadie, que nadie podría ayudarme. Dijo que si se lo contaba a
alguien nos mataría a las dos. ¿Para esto he venido desde Marruecos? No puedo dejar de
pensar en ello. Preferiría morir antes que volver a Marruecos, ¿qué debo decirle a mi marido?"
"Me maltrató y me pegó en la cara. Yo sólo quería mi pasaporte para volver a Marruecos."
"Para venir hasta aquí hemos tenido que gastar unos 700 euros entre viajes, pasaportes,
visados, certificados médicos. Se me cae la cara antes de volver a mi país. Mis hijos
están allí. Estoy endeudada y si vuelvo puedo ir hasta a la cárcel. Nos hemos dejado la
piel. Si llego a saber que esto es así no hubiese venido por nada del mundo. Que no vengan
más mujeres, por favor, que no vengan."
"Dicen que España es un país de derechos y justicia, pues nosotras queremos justicia y
derechos para las mujeres que vienen a trabajar, que nuestra voz llegue a las autoridades
responsables y que se enteren todas mujeres de Marruecos que esto no es un sueño, es una
pesadilla"
"Es el infierno en la tierra."
"Esto es esclavitud."
En esta provincia de Andalucía se extienden 7000 hectáreas dedicadas al cultivo de la
fresa, generando el 95% de la producción de fresa española y convirtiendo a Huelva en el
mayor exportador mundial de la fresa. Se trata de una agricultura intensiva e insostenible
ecológicamente. Los requisitos de contratación son los siguientes:
Ser mujer, según los empresarios, por ser trabajadoras más "delicadas, dóciles, menos
problemáticas y más sumisas"
Provenir de zonas rurales de Marruecos, donde apenas hay empleo, prima el analfabetismo
entre mujeres, y estas no pueden trabajar por el hecho de ser mujer
Estar casada, divorciada o viuda (en caso de viudez se la puede casar con un lugareño para
mantener relaciones sexuales y ocuparse de las tareas domésticas)
Tener al menos un hijo menor de 14 años, para asegurarse de que la inmigrante no se quede
en España tras el periodo de contratación
Estos requisitos son legales y acordados por los gobiernos de España y Marruecos, hechos
posibles por la Ley de Extranjería de España, que mata y viola cada día.
En estos invernaderos trabajan 18000 mujeres marroquíes, en las siguientes condiciones:
trabajan desde las 6 de la mañana hasta el anochecer, con una pausa de media hora al
mediodía, por 30 euros al día; no reciben comida; tienen que pagar por su alojamiento, que
consiste en contenedores chabolistas con colchones en el suelo, alojando a grupos de 8 a
diez mujeres, sin aseos, sin cocina, con goteras, sin agua potable, con acceso a duchas
sólo una vez por semana; muchas trabajan durante meses sin recibir aún su salario.
Las violencias que sufren por parte de sus jefes y supervisores incluyen violaciones,
abusos sexuales, humillaciones, abusos de poder, insultos, coacciones, amenazas, palizas,
etc. Ha habido denuncias en los últimos años pero estas no prosperan, las mujeres que
denuncian desaparecen, vuelven o son devueltas a Marruecos. Compañeras del Sindicato
Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras también han sufrido agresiones y amenazas por
intentar informar a las trabajadoras de sus derechos.
El 1 de junio de este año, un centenar de temporeras marroquíes se manifestaron de manera
espontánea reclamando su sueldo a los patrones y denunciando la explotación laboral en la
empresa Doñana 1998, expresando su indignación y rabia con el grito "NO BIEN". En este
mismo mes, un grupo de mujeres que se atrevió a denunciar los abusos sexuales en la misma
empresa fueron metidas en un autobús al día siguiente en un intento de deportación
irregular, antes de que pudieran rectificar las denuncias. Actualmente están escondidas en
un pueblo andaluz por posibles represalias.
En este contexto racista y patriarcal de explotación laboral y abuso sexual, se las acusa
a las temporeras que se atreven a denunciar de estar mintiendo y hacerlo por conseguir
papeles (a pesar de ya contar con un visado legal por el contrato con la empresa).
Gritamos, bien alto, como hemos hecho con la superviviente de la Manada, que nosotres, SÍ
OS CREEMOS.
Como apunta la activista y abogada andaluza Pastori Filigrana, "si muchas mujeres sufren
abusos en sus puestos de trabajo, imaginaos una situación de impunidad como estar en una
finca inaccesible, con la libertad deambulatoria limitada, con miedo a perder el trabajo y
siendo inmigrante. Son mujeres, son pobres, son inmigrantes. Son triplemente revolucionarias".
Todo esto se enmarca en una larga tradición de esclavitud y explotación de los recursos
materiales y humanos racializados por parte del continente europeo-blanco. Se tratan de
mujeres racializadas, obligadas a emigrar a Europa en busca de trabajo para mantener sus
familias, porque los recursos de su país de origen han sido tomados por multinacionales
extranjeras, mujeres que luego son explotadas y abusadas por empresarios blancos de
nacionalidad española. NO ES UN CASO AISLADO, SE LLAMA PATRIARCADO, Y SE LLAMA
NEOCOLONIALISMO.
Como señala la periodista flamenca Lucía Muñoz: "Las fronteras políticas de 14 kilómetros
que separan al norte de Marruecos y al sur de España sólo se pueden destruir si acabamos
con un sistema capitalista, colonial y de explotación. El modelo de consumo y de bienestar
que se construye en occidente se sostiene a través del empobrecimiento y el sudor del sur.
Echar la vista a un lado es ser cómplice de fincas como Doñana 1998, es ser cómplice del
Ministerio de Agricultura y de la Junta de Andalucía".
Es hora de que las feministas blancas dejemos de movilizarnos menos y tardíamente por los
casos de mujeres racializadas y migrantes, como ha quedado demostrado estos meses si
comparamos las movilizaciones ante el caso de la Manada y las de las temporeras. Debemos
hacer autocrítica y ESCUCHAR más que nunca a nuestras compañeras racializadas cuando nos
comunican de nuevo que duele nuestro racista desorden de prioridades, que "hasta para ser
violada es mejor ser blanca", que seguimos hablando de "el feminismo" (en lugar de
"feminismos") como si sólo existiera el nuestro europeo, que los capataces de Huelva
también son la Manada, que somos blancas y no lo vemos.
Todo esto, junto con el mediático caso de La Manada o los casi medio centenar en un par de
años que han sido denunciados, como el de Canarias, Barcelona, Málaga o Valencia,
evidencia que no son casos excepcionales y que con propuestas punitivas no solucionamos
nuestros problemas, sino que se trata de intervenir a nivel estructural. Echamos en falta
propuestas educativas, en vez de pedir penas de prisión. No queremos como remedio las
mismas dinámicas y soluciones que nos someten. Es más, estos mecanismos no nos son útiles
a todas, ya que el acceso a la justicia puede suponer un problema para las mujeres
migradas como hemos podido constatar en Huelva. Este tipo de agresiones limitan nuestra
libertad, pero además esta inseguridad colectiva está siendo utilizada para aumentar el
control social.
Ante el esclavismo laboral y el abuso sexual que sufren desde hace años las temporeras
racializadas en Huelva, gritamos en solidaridad: ¡ABAJO EL CAPITAL, ABAJO EL RACISMO,
ABAJO EL PATRIARCADO, Y QUE VIVA LA LUCHA DE LAS MARROQUÍES!
https://www.cntvalladolid.es/solidaridad-con-las-temporeras-trabajo-si-pero-con-derechos/
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