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(ca) lasoli.cnt.cat: REVITALIZAR EL PODER SINDICAL, GANAR LA DEMOCRACIA ECONÓMICA (I) per Lluís Rodríguez
Date
Wed, 21 Sep 2016 10:16:10 +0300
Vivimos tiempos muy complicados para la clase trabajadora en Euskal Herria y en el resto
del Estado español. Los cierres empresariales y deslocalizaciones, los despidos y
reducciones salariales están impactando gravemente sobre las familias trabajadoras.
La experiencia de estos años de dura crisis económica y recortes sistemáticos ejecutados
por los representantes de la patronal en los parlamentos, nos ha enseñado que un
sindicalismo de acompañamiento a esas decisiones es garantía segura de pérdida definitiva
de derechos sociales, condiciones de empleo y vida. Por lo tanto, es necesario que el
sindicalismo combativo gane capacidad de intervención en sus múltiples dimensiones:
afiliativa, militante y organizativa, programática, de capacidad de acción colectiva y
confrontación con los poderes político-económicos hostiles a la clase trabajadora.
Mientras que el voto ciudadano se está demostrando excesivamente voluble y escorado hacia
el mantenimiento de mayorías parlamentarias que apuestan por la servidumbre al poder
económico, en cambio la militancia y afiliación sindical sigue siendo la principal
garantía para recuperar derechos, condiciones salariales y de empleo, consolidando
orientaciones de políticas económicas que nos dirijan a mayores cotas de democracia
económica y bienestar social.
No en vano, múltiples analistas[1]avalan que un sindicalismo fuerte implica mejores
condiciones salariales, de empleo, protección social, equidad de género y defensa de la
salud laboral y los equilibrios ecológicos para la mayoría de la población. Así pues, es
preciso responder ampliamente a la pregunta que nos planteaba Miguel Perera, sobre si
¿debe cambiar el actual modelo sindical para recuperar el sindicalismo? , puesto qué tal
cómo plantea Francisco Letamendia «los sindicatos dudan entre asumir una estrategia de
contrapoder o hacer suyo el discurso empresarial de la productividad y la innovación». En
este segundo caso, como expresó el autor, «se refuerza su crisis de afiliación y
legitimidad, lo que da argumentos al discurso neoliberal que les presenta como inútiles».
RENOVAR Y REVITALIZAR EL SINDICATO. CONGRESOS, SEMINARIOS, INVESTIGACIÓN Y ACCIÓN COLECTIVA
Conscientes también de todo ello, la totalidad y pluralidad del movimiento sindical en el
Estado español ha utilizado en estos años de crisis (2008-2016) sus mecanismos
congresuales para repensar y revitalizar el sindicato como instrumento esencial de
defensa, contrapoder y progreso social[2]. Además, en ese necesario ejercicio de
autoevaluación constante en los hostiles parámetros en los que nos movemos quienes
defendemos a las mayorías sociales, se han promovido multitud de seminarios y conferencias
de debate, e incluso procesos específicos de análisis estratégico para reflexionar y
reorientar las prácticas sindicales con el objetivo de que el sindicato concreto[3], en
esencia y por extensión todo el sindicalismo por la experiencia acumulada, recupere cotas
de poder social para un confrontación eficaz con los poderes que tratan de imponer
sistemáticamente políticas antisociales. Ni que decir tiene que la reacción sindical a las
contrarreformas laborales impuestas vía parlamentaria, así como a las diferentes
estrategias empresariales en casos concretos de reestructuraciones y despidos, algunos ya
emblemáticos (Coca - Cola en Fuenlabrada, Celsa Atlantic en Gasteiz y Urbina, Zardoya -
Otis en Mungia, etc.), nos ha dejado una pléyade de experiencias sindicales y de huelgas
que bien analizadas nos ayudan para sintetizar en este artículo algunas conclusiones de
interés de cara al debate sobre la revitalización del poder sindical, que también tiene un
importante desarrollo en el ámbito académico e investigador[4].
Una mirada sistemática a estas reflexiones, propuestas y experiencias acumuladas, nos
permite centrar algunas cuestiones fundamentales para caminar hacia una recuperación
solvente del poder sindical. Sin ánimo de dejar fuera aspectos importantes, pero con
objetivo de priorizar recogiendo el núcleo esencial de las fuentes imprescindibles de
poder sindical, es preciso fijarse en cuatro pilares que dependen fundamentalmente del
propio sindicalismo: negociación colectiva y política sindical; gestión del conflicto
laboral, huelgas y repertorios de presión; política social, empleo y economía social;
formación sindical, asesoría sindical y técnica, teniendo también cómo base de la
arquitectura de un sindicalismo combativo, la financiación sindical.
NEGOCIACIÓN COLECTIVA Y POLÍTICA SINDICAL: EL CAMINO AL CONTROL SINDICAL
El primer pilar donde sustentar la revitalización sindical es la negociación colectiva y
la política sindical, sin duda causa y efecto de las concretas relaciones de poder entre
empresarios y trabajadores. Es el espacio dónde cristaliza la correlación de fuerzas
sociales, patronales y sindicales, así como el punto de partida para sucesivas rondas de
conflicto en empresas y sectores. El sindicalismo revitalizado es capaz de regular mejores
condiciones sociales y de empleo gracias a su poder en la correlación de fuerzas, más allá
e incluso pese a la voluntad legislativa de los gobiernos. Es en la negociación colectiva
dónde se materializa la utilidad y legitimidad del sindicalismo para reclutar afiliación
en tanto se mejoran -o empeoran menos en contextos de crisis económica y empresarial- las
condiciones de empleo y vida. Además, la capacidad de sindicalizar la totalidad de la
estructura económica y extender la cobertura de la negociación colectiva con contenidos a
más ámbitos laborales, es clave para reforzar este pilar del sindicalismo revitalizado. No
en vano la negociación colectiva es el eje central de las relaciones laborales, el ámbito
de la primera distribución de la renta entre salarios en sentido amplio -incluidos
indirectos y diferidos- y beneficios empresariales[5]. Por lo tanto sus contenidos
estratégicos van a determinar el punto de partida y evolución de la capacidad sindical de
incidir en el futuro sobre estos resultados sociales.
EL SINDICALISMO EN LOS CENTROS PRODUCTIVOS: SECCIONES SINDICALES Y SINDICATO EN EL TERRITORIO
De entrada, muchas organizaciones sindicales coinciden en que es fundamental la
potenciación de las Secciones Sindicales cómo espacio de trabajo sindical y reclutamiento
de afiliación, fomento de la participación, movilización y militancia. El sindicato será
en los centros productivos o no será, y el sindicato en los centros productivos son las
Secciones Sindicales. En palabras de Holm-Detlev Kohler (pág 65): "Como tónica general de
las experiencias de revitalización sindical, la relación con los afiliados y la
recuperación de la militancia sindical deben ser preocupaciones principales. Al respecto,
los estudios y encuestas nacionales e internacionales subrayan la presencia sindical en el
centro del trabajo como factor primordial para la afiliación (Simón, 2003; Schnabel y
Wagner, 2005). Todas las restantes iniciativas, como la mejora de servicios, incentivos
exclusivos, fusiones, mayor participación institucional y concertación social, etc.,
demuestran resultados muy limitados a la hora de ganar nuevos afiliados y aumentar la
presencia sindical en la sociedad.", planteamiento que corroboran también Vidal, Jódar y
Alós, en relación a la participación y militancia sindical en CCOO. Con éste objetivo de
incrementar la afiliación, participación y militancia sindical, el uso de las asambleas de
trabajadores y trabajadoras cómo espacio de debate y decisión, a la vez que generar
espacios de participación y trabajo sindical impulsado por las Secciones Sindicales, se
torna fundamental con ese objetivo de incrementar la ratio militantes/afiliadas tanto en
los centros de trabajo cómo en las federaciones sindicales territoriales. Estas asambleas
pueden agrupar en los espacios laborales, no necesariamente circunscritos a los centros de
trabajo fragmentarios. La solidaridad de clase debe ampliarse al ámbito del compañerismo
con los miembros de la plantilla conocidos, es imprescindible ampliarla entre desconocidas
que comparten una realidad y práctica común, aun cuando no estén en nuestro centro,
departamento, empresa o incluso región o país.
El uso de las Secciones Sindicales, además en ámbitos empresariales complejos (grupos de
empresas, empresa principal - empresas externalizadas) o centros de trabajo (polígonos
industriales, polígonos de oficinas, calles y centros comerciales, puertos, aeropuertos,
autopistas y autovías, zonas turísticas, etc.), es imprescindible para intervenir de forma
efectiva ante las estrategias empresariales postfordistas, generando unidades de
negociación aparentemente imposibles, articulando de forma flexible la negociación
colectiva integrándola: cómo Convenios colectivos de grupos empresariales, incluyendo las
diferentes formas jurídicas con las que se fragmentan los grupos mercantiles, integrando
también a empresas auxiliares, subcontratadas y proveedoras, o desde perspectiva de centro
de trabajo, con convenios colectivos que consigan romper con las relaciones triangulares
entre diferentes empresas en un mismo centro -ETTs, multiservicios, etc-. De esta forma se
conecta con importantes colectivos de trabajadoras, que se afilian percibiendo el
sindicalismo operativo para incidir en su realidad laboral[6].
Este aspecto se vincula además con la literatura y experiencias que se están dando
sobretodo en países anglosajones de sindicalismo comunitario y sindicalismo de movimiento
social, promoviendo estrategias de "organizing", cómo forma de implicar a trabajadores y
trabajadoras en las empresas, incrementar la militancia y poder sindical en la empresa,
así como tejiendo alianzas con la comunidad -usuarias, clientes, ciudadanía- en las
reivindicaciones laborales[7]. Es con esta combinación de negociación colectiva en ámbitos
empresariales complejos con sindicalismo comunitario cómo se puede abordar la intervención
en las precariedades, de ETTs, empresas de servicios integrales, falsos autónomos y
autónomos dependientes, trabajadoras a domicilio, teletrabajo, etc... o también en los
segmentos laborales potencialmente corporativistas cómo cuadros y técnicos, profesionales,
etc.. Asimismo, permite globalizar la acción sindical y reducir conflictos de intereses
entre fijos, temporales, de empresa matriz y subcontrata, de segmentos primarios y
secundarios en los mercados laborales, etc. El desarrollo de planes de afiliación y
organizando reivindicaciones que integren en convenios colectivos todo el espectro laboral
posible permite el desarrollo de un sindicalismo de proximidad e inclusivo en éstos
términos combinando intereses plurales y colectivos generando solidaridad colectiva.
Es con esta combinación de negociación colectiva en ámbitos empresariales complejos con
sindicalismo comunitario cómo se puede abordar la intervención en las precariedades, de
ETTs, empresas de servicios integrales, falsos autónomos y autónomos dependientes,
trabajadoras a domicilio, teletrabajo, etc...
DE LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA EN LOS CENTROS PRODUCTIVOS AL SECTOR Y EL TERRITORIO
Asimismo, la necesidad de asentar negociación colectiva con mejoras tangibles en el actual
contexto político y económico obliga a construir la negociación colectiva desde el poder
sindical en los centros productivos y la pluralidad empresarial, es decir en aquellos
ámbitos dónde la correlación de fuerzas unida a la capacidad de presión económica y de
huelga permita ir a acuerdos que ganen terreno sustancialmente al capital. Los ámbitos que
sin duda pueden ser punta de lanza son aquellos territorios -ya citados- y sectores
estratégicos, tanto para la dinámica de valorización de la economía capitalista, cómo para
el desarrollo del ciclo vital, siendo éstos últimos además especialmente precarios y
feminizados. Dichos sectores y subsectores se ubican territorialmente y en los ámbitos del
transporte, las comunicaciones y telecomunicaciones, finanzas, la energía, la limpieza,
los cuidados, etc. Son sectores dónde se podría, desde una perspectiva de revitalizar el
poder sindical, poner más énfasis en la afiliación, militancia y negociación colectiva.
Tal cómo expresa Daniel Albarracín: "La lucha sindical puede ser muy efectiva reconociendo
los puntos débiles de la cadena de valor, en los que interrumpiendo el proceso de
valorización, se pueda anclar un poder tanto de negociación como de influencia en la
dirección empresarial, hasta el punto de disputar el poder en las empresas". La dificultad
de un sindicalismo inclusivo y solidario, es combinar e integrar ámbitos laborales con
mayor poder de negociación con aquellos que aún siempre teniéndolo, sean menores y
requieran de mayor esfuerzo organizativo y de acción. Todo lo anterior es imprescindible
enlazarlo con una buena política comunicativa de logros y defensa ante discursos de ataque
antisindical.
En base a ejemplos de lucha y a la extensión de estas plataformas reivindicativas con
contenidos a los sectores o territorios, condicionando las patronales sectoriales y
territoriales, es posible construir una negociación colectiva sectorial y territorial que
mejore sustancialmente los resultados actuales. La articulación de la negociación
colectiva de empresa y sectorial, el grado de conformismo sindical con los contenidos de
la misma, o la aceptación de procesos de pacto social que apuntalan las políticas
regresivas en el contexto de las reformas laborales están generando una fuerte
confrontación en el movimiento sindical de Euskadi y Navarra, llegando incluso la patronal
territorial a sugerir la ilegalización del sindicalismo más combativo de estos territorios
y siendo recogida esa propuesta por parte de la CEOE. Esto nos lleva a otro elemento que
es el de las alianzas sindicales. Sin duda un elemento crucial de revitalización del poder
sindical, es sumar fuerzas y recursos organizativos en lo concreto de la acción sindical.
Para ello la vía de los acuerdos estratégicos en cuanto a contenidos de negociación
colectiva y política sindical en las empresas o sectores, son imprescindibles de explorar
entre las organizaciones sindicales combativas, incluyendo también una perspectiva de
alianzas internacionales también centradas en la acción sindical, la negociación colectiva
o la gestión de conflictos en sectores y empresas multinacionales. Las alianzas son
importantes tanto dentro del Estado cómo desde una perspectiva europea y mundial.
http://lasoli.cnt.cat/16/09/2016/revitalizar-sindical-ganar-democracia-economica/
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